Monday, September 9, 2013

Ultimo artículo de esta serie

El artículo anterior es el último de esa serie.

A continuación toco el tema del crecimiento de Nogales desde su fundación, en el siguiente enlace:

http://crecimientonogales.blogspot.mx/

Les invito a consultarlo.

Alberto Suárez Barnett

Tuesday, September 3, 2013

Después del 27 de agosto de 1918

Ya vimos en los artículos anteriores de esta serie, a propósito de su reciente 95 aniversario, que los hechos que antecedieron a lo sucedido ese 27 de agosto de 1918 no fueron aislados sino que tuvieron ingredientes nacionales y  mundiales.  Ahora veremos los hechos posteriores, lo que sucedió inmediatamente después de este incidente que le ha otorgado a Nogales el título de heroica.

Para empezar, es necesario explicar que la conformación social de Sonora y de Nogales era muy diferente a la actual. Nuestro Estado era entonces eminentemente rural, ya que más del 70% de los sonorenses de entonces vivían en pueblos y únicamente se encontraban en el Estado los asentamientos mayores de Hermosillo, Guaymas, Nogales, Cananea o La Colorada (Minas Prietas). De acuerdo al censo de 1910, todo Sonora tendría por entonces una población de alrededor de los 250,000 habitantes, o sea más o menos la población actual de únicamente Nogales. La capital, Hermosillo, tendría cerca de 15,000 habitantes, seguida de Guaymas con unos 12,000, luego Nogales con alrededor de 10,000, o bien Cananea con aproximadamente 8,000. Esos eran los reductos, entonces, de vida urbana.  Así, los nogalenses de entonces habían llegado recientemente a esta frontera; habían venido procedentes de regiones rurales principalmente del Noroeste de México, y la mayoría lo había hecho con la meta de mejorar económicamente, para escapar de los estragos de la revolución, para formarse una nueva vida.

Nogales, en 1918, tenía 34 años de haber sido fundada, alcanzaba la categoría de Villa y se extendía desde la frontera hasta aproximadamente donde hoy se encuentra la Plaza Hidalgo. Los nogalenses, acostumbrados como estaban a un asentamiento en dos naciones, Nogales Arizona y Sonora, no podían comprender cómo era que, en adelante, a partir de diciembre de 1917, tendrían que mostrar un pasaporte para poder cruzar la frontera. Las muertes provocadas por los guardias que habían sido colocados para impedir el libre tránsito entre ambas naciones, y que no regresaban a quienes intentaban ingresar a la nación vecina por lugares prohibidos, sino que simplemente les disparaban, habían ido colmando gradualmente su paciencia hacia esa acción que entendían como injusta.

Para complicar la situación, la reciente promulgación de una nueva Constitución en México, cuyo artículo 27 declaraba como propiedad de la nación los bienes del suelo y del subsuelo mexicano, preocupaba sobremanera a los inversionistas extranjeros, principalmente a los británicos, ya que el petróleo mexicano abastecía totalmente los requerimientos ingleses de ese energético en el conflicto bélico europeo que entonces se desarrollaba, y que estaba a punto de convertirse en Primera Guerra Mundial.

Así sobrevinieron los hechos de ese 27 de agosto de 1918 cuando un incidente aparentemente sin importancia llevó a que Nogales, Sonora, fuera invadido por fuerzas militares estadounidenses, y que la población nogalense, en forma espontánea, se les enfrentara para rechazarlos.

Vendrían después las investigaciones por ambas naciones, aunque la más contundente fue la estadounidense que encontró que los guardias estadounidenses fronterizos se portaban en forma prepotente contra los mexicanos y se ordenó despojarles de las armas. Sin embargo, la violencia internacional continuó en esta frontera, aún después de que concluyera la Primera Guerra Mundial, lo que echa por tierra la versión de que este incidente internacional fue provocado por espías o instigadores alemanes.

Un mes después del incidente, el 28 de septiembre, eran vistos cruzar la frontera hacia el sur tres soldados extranjeros por el puente Bonillas, y al preguntárseles que por qué habían cruzado por una zona prohibida contestaron primero que eran soldados alemanes, aunque después confesaron ser estadounidenses. Unos días antes había sido detenido otro soldado en igualdad de condiciones, mientras que el 1 de octubre, ya después de haber concluido la Primera Guerra Mundial, cruzaba otro soldado estadounidense, ahora hacia el norte por la calle Juárez, donde no había garita, y se unió con sus compañeros.

Así continuaron las violaciones estadounidenses a las condiciones del cruce establecidas por aquellos meses, por lo que para evitar problemas, el gobierno de Sonora ordenó la construcción de una cerca de alambre para delimitar físicamente la frontera. Sin embargo, tampoco esta medida funcionó, ya que los problemas internacionales continuaron, aún hasta el grado de que el 19 de octubre, a las 9 AM, un avión de la fuerza aérea estadounidense hizo varios disparos sobre Nogales, Sonora, aunque sin causar daños, y dos días después un grupo de leñadores mexicanos era atacado afuera de la población, cerca del panteón del Rosario, por un grupo de soldados estadounidenses quienes les mataron un caballo, y aún después, en enero 7 de 1919, otro grupo de seis soldados estadounidenses realizaban otra incursión a México.

Finalmente, el 9 de febrero de 1920, a las 6 de la tarde, como le informaba el presidente al gobernador en un telegrama, un guardia estadounidense le disparó a un prófugo que llevaba en la nación vecina, aunque erró el tiro que hirió accidentalmente a Gerardo Pesqueira, en Nogales, Sonora.  Al saberlo, nuevamente la población entera de Nogales se lanzó a las calles pidiendo armas para defenderse, aunque ya al anochecer le informaba el Presidente Municipal al Gobernador en un telegrama: “...a pesar emoción pueblo ensobervecido [sic]  todo arreglose bien debido a buenas amistades con altos jefes militares [estadounidenses]. Población encuentrase en completa calma esta hora.” 

Tuesday, August 27, 2013

El 95 aniversario del 27 de Agosto

Ya vimos en el artículo anterior cómo el incidente armado que culminó el 27 de Agosto de 1918 no fue un hecho aislado, sino que tuvo sus antecedentes en la revolución mexicana, en las medidas adoptadas por los Estados Unidos frente a ésta, y en el panorama mundial, cuando el petróleo entraba al escenario mundial como principal energético del globo.

En este otro artículo veremos los sucesos de esa fecha en sí. Es la tarde del martes 27 de agosto, se encuentran haciendo guardia del lado estadounidense el celador A G Barber,  el militar William A Tucker, y el soldado William H Klint, de los asignados al cuidado de la línea divisoria, está un poco más al sur, ya casi sobre la frontera, mientras que del lado mexicano están de guardia los celadores Francisco Gallegos, Andrés Ceceña y Alfredo Galván. Tucker está sentado en una silla, platicando con Barber y secándose el sudor de la nuca, cuando ven acercarse a un mexicano que se dirige hacia México caminando entre las dos vías del ferrocarril. Creen ver que debajo de la camisa blanca oculta algo y Barber le ordena detenerse tres veces, en español, aunque el mexicano no obedece.

Enseguida se levanta Tucker para asistir al celador y éste saca su pistola y le vuelve a ordenar hacer alto. Al ver la conmoción, se aproximan los celadores mexicanos, quienes le dicen que no se detenga. Tucker desenfunda entonces también su pistola y le grita al mexicano en inglés, ya que no sabe español: “¡Si cruzas esa línea va a haber otra cara más en el infierno!” Al escuchar eso, el mexicano se detiene y le dice a Barber: “Ahorita vuelvo” mientras que el guardia que se encuentra sobre la frontera presenta armas y con el rifle trata de cortarle el paso.

Y aquí las versiones difieren: mientras la estadounidense dice que Gallegos le dispara al guardia, hiriéndole, la mexicana dice que fue el soldado estadounidense quien disparó primero sobre el mexicano, que se llamaba Zeferino Gil Lamadrid, errando el tiro y que después Gallegos disparó sobre el soldado. De cualquier manera, Tucker le dispara al celador mexicano con su revólver. No se sabe si le mató en el acto, ya que mientras unos dicen que murió allí, otros sostienen que sólo fue herido y murió después. También durante este intercambio es muerto Ceceña, además del conserje del Ayuntamiento, José María Célis.

Después de minutos de calma, llegan refuerzos estadounidenses, entre ellos el Cap. Robert J. Mashburn, Comandante del 35° Batallón, quien al mando de unos 200 soldados de color se dirige al oeste de Nogales, ordena colocar una ametralladora arriba del cerro de la Crawford, y envía al Cap. Joseph D. Hungerford a que cruce la frontera y se apodere del cerro de la Calle Elías para controlar desde allí el centro de Nogales, Sonora.

En el asalto del lado este de la población es muerto Hungerford, aunque los soldados continúan su avance por ese lado del poblado. Además, inmediato a la frontera, el Cap. Roy Morledge al mando de la tropa A del 10 de caballería se apodera de los hoteles  Abadie y Escoboza,  desde donde los soldados empiezan a dispararles a los mexicanos.

Al escuchar el estruendo, el presidente municipal de Nogales, Félix B. Peñaloza, sale del Callejón situado entre la Calle Elías y la vía férrea, intentando ponerle alto a la violencia, y cuando se asoma para hablarles a un grupo que está parapetado frente al consultorio del Dr. Priego es alcanzado por un disparo, quedando tirado en la banqueta hasta que “algunos vecinos consiguieron, por medio de cuerdas, y amparados por la esquina atraerlo al callejón antes citado metiéndolo en la Botica del Dr. Priego”. Ya adentro, el médico lo empieza a curar, mientras que Peñaloza permanece consciente y, según declarará después el Dr. Priego, le dice al doctor que “no vaciló en exponerse a una muerte segura pero en su calidad de Presidente Municipal creyó cumplir con su deber, según él mismo me lo manifestó cuando ya estaba herido”. 

Mientras, el Comandante de la Guarnición de Nogales, Son., Cap. Adalberto J. Abasolo, no permite que sus soldados participen en la lucha, aunque reparte rifles a los civiles que acuden al cuartel por la Calle Campillo. Además, donde actualmente se encuentra la Plaza Hidalgo hay estacionado un tren con soldados yaquis, quienes al oír los disparos acuden a ayudar, dirigidos por el Tte. Cor. Enrique Buelna, y suben el cerro situado al este de Nogales con soldados de caballería a desalojar a los estadounidenses. Así se generaliza el combate en la zona aledaña a la frontera.

Al aproximarse la noche se ordena el cese al fuego y la tarde del día siguiente se entrevistan el Gobernador Calles y el Comandante Cabell; acuerdan reabrir el cruce de la frontera por el resto del día y cerrarla nuevamente a las 6 PM. Esa noche del 28 ocurren algunas violaciones al cese al fuego, por lo que se ordena la ley marcial del lado sonorense. Un día después seguirá otra conferencia entre ambos generales, en la que se ordena realizar sendas investigaciones sobre lo ocurrido.

Sunday, August 25, 2013

Los antecedentes del 27 de Agosto de 1918

La fecha cívica más importante de esta frontera, el 27 de agosto, de la que este año de 2013 conmemoramos el 95 aniversario, presento esta serie de artículos en los que explico que, a diferencia de la percepción común, de que fue un hecho aislado, la realidad histórica es que no lo fue, sino que estuvo relacionada con otros eventos, tanto de orden local como internacional.

Venustiano Carranza durante su visita a la actual Escuela Pestalozzi
A fines de 1913 llegaba a esta población Don Venustiano Carranza a a dirigir, desde esta frontera, la revolución contra Victoriano Huerta, aunque poco después afloraban las pugnas interfaccionarias revolucionarias: Carranza contra Villa que aquí, en Sonora, se reflejaron en las ocurridas entre Plutarco Elías Calles y Don José María Maytorena, Gobernador del Estado.

Mientras sucedía ésto, el conflicto entre las naciones europeas auspiciaba la proximidad de la Primera Guerra Mundial, todo bajo la atención continua del Presidente estadounidense, Woodrow Wilson.

Pero eso no era todo. El mundo despertaba también al uso mundial del petróleo como combustible en sustitución del energético por excelencia hasta entonces, que era el carbón. Mientras en 1914 había sólo 1.8 millones de automóviles en la nación vecina, para 1921 habría 10.4, y 26.5 en 1929. Y mientras en 1914 sólo el 3% del tonelaje transportado mundialmente por barco era impulsado por petróleo, para 1921 la proporción subiría al 15% y a casi la mitad para 1934.

Además, si antes de 1914 Estados Unidos era el principal productor petrolero mundial, seguido por Rusia, el panorama cambió totalmente cuando la revolución rusa rompió ese esquema y México, con sus reservas petroleras, se convirtió en el principal exportador y segundo productor mundial de petróleo, y de esa manera despertó la atención mundial sobre las riquezas petroleras mexicanas. Sin embargo, los yacimientos petroleros mexicanos, que se explotaban desde inicios de siglo, no se habían traducido en los ingresos nacionales necesarios para la construcción de México, ya que nuestro país no cobraba impuestos sobre su producción. De 1901 a 1911 se habían exportado alrededor de 25 millones de barriles que no habían pagado un centavo de impuestos petroleros. Para 1916, los impuestos del petróleo alcanzaban el 2% de todos los cobrados, proporción que subió a 4% el año siguiente. Y sin embargo, no fue ésto todo lo que complicó el panorama.

Una caricatura de la expedición, contemporánea a los hechos
La solución del presidente estadounidense Wilson frente a las pugnas entre los revolucionarios mexicanos fue reconocer a fines de 1915 a la facción Carrancista y desconocer a la de Villa, decisión que provocó, como era de esperarse, el enojo de Francisco Villa, quien a principios de 1916 atacó a la población estadounidense de Columbus, Nuevo México. Este ataque, a su vez,  llevó a que Wilson ordenara una expedición punitiva militar que entró a México sin permiso de ninguna autoridad mexicana a principios de 1916, persiguiendo al general revolucionario mexicano.

Además, ordenó la implantación de diferentes medidas para intentar evitar que los conflictos mexicanos cruzaran la frontera.  De esta manera, se fueron estableciendo varias medidas sobre la región fronteriza entre México y los Estados Unidos, las que fueron agravando las relaciones internacionales, por lo que Nogales, al ser frontera, se vio negativamente impactada.

Volviendo a los sucesos, para junio de ese 1916, temiendo que a Sonora le pasara lo mismo que a Chihuahua, por donde había penetrado a México la expedición punitiva buscando a Villa, también se temía que por Nogales entrara otra expedición militar estadounidense a Sonora, e intentando prever sus consecuencias sobre esta entidad, el gobierno del Estado ordenó que se realizara un inventario de los alimentos con que se contaba, previendo alguna invasión a Sonora.

Además, la tensión provocada por estos rumores se elevó tanto, que en julio de ese año de 1916 se ordenó que toda la población nogalense evacuara a esta entonces Villa. Sin embargo, estos rumores resultaron ser falsos, por lo que paulatinamente la calma retornó a esta frontera y su población regresó a sus hogares, y poco después se retiraba totalmente la expedición punitiva estadounidense de México sin haber logrado su meta de apoderarse de Villa. Pero parecía que apenas se resolvía una situación cuando surgía otra nueva. En febrero de 1917 era promulgada una nueva Constitución en nuestro país. De sus artículos, el 27 era uno de los más importantes desde el punto de vista de las relaciones internacionales mexicanas, ya que consideraba que todas las tierras, aguas, así como el subsuelo y sus recursos (entre ellos el petróleo) le pertenecían a la nación. No era de extrañar, entonces, la preocupación entre los productores privados extranjeros por la promulgación de esta Constitución.

El camino que escogió la nación vecina frente a esta situación, intentando ejercer presión sobre México, fue adoptar más respuestas radicales.  Entre ellas estuvo la imposición de los pasaportes en diciembre de 1917, y que además, para hacer cumplir esta medida fueran colocados guardias a cada cierto número de pasos en la frontera, los que no advertían que no lo hicieran a quienes intentaban cruzarla sino que únicamente les disparaban. Esta disposición fue la causa de que murieran muchos mexicanos en forma totalmente innecesaria durante los meses previos al 27 de agosto de 1918.

Merece que cite aquí la protesta del Alcalde nogalense, Félix B. Peñaloza, a esa situación: "... siendo en mi concepto de toda consecuencia haga Ud. una enérgica reclamación para poner un ´hasta aquí´ a los hechos criminales que ostentan con derroche de lujo los centinelas americanos contra nuestro pueblo, que conceptúan en estado salvaje provocando con sus desmanes a un conflicto internacional que debemos evitar..."


Sunday, August 18, 2013

La frontera nogalense durante la revolución

Ya vimos en esta serie de artículos que escribo, dedicados al 95 aniversario de la gesta heroica del 27 de agosto, cómo se desarrolló la región fronteriza de Nogales durante el porfiriato.  Ahora cubriré cómo era Nogales al iniciar la revolución mexicana, un poblado que se extendía, a lo largo de la cañada, hasta la entrada de la actual Cañada Héroes.

La Calle Internacional de Nogales
Por entonces no había ninguna restricción al cruce de la frontera. Las únicas mnifestaciones visibles que había una frontera internacional allí eran lo ancho de la Calle Internacional, por un lado, y la existencia de varios monumentos internacionales a lo largo de la línea fronteriza, de los que el número 122 destacaba por entonces (éste se encuentra en el centro mismo de la foto a la derecha, en donde Sonora está a la izquierda y  Arizona a la derecha). Y un poco más allá, a un lado de la vía férrea que como hoy, también entonces cruzaba la frontera, la estación del ferrocarril de Sonora (son los edificios obscuros en el centro de la fotografía, uno a cada lado de la misma y que, por cierto, se puede apreciar un ferrocarril que va cruzando la frontera), y más al Sur el edificio de la aduana (apenas se distingue una pequeña cúpula en la imagen), y enseguida de éste, hacia el Norte, la Plaza 13 de Julio con su quiosco (la pequeña zona arbolada a la izquierda de la imagen). Al poniente de la plaza, las distintas residencias de la élite nogalense de entonces se extendían a lo largo de la Calle Pesqueira, mientras que junto a la frontera estaba la residencia del principal agente aduanal nogalense, Próspero Sandoval.

Por otro lado, la calle comercial de Nogales era entonces la Elías, que en Arizona se convierte en Morley después de pasar uno a un lado del Monumento Internacional 122. En la Calle Elías podían encontrarse desde restaurantes como el Cazabón (un edificio que aún existe y cuya fotografía aparece a la izquierda), que ofrecía a los comensales ostiones que recibía diariamente por ferrocarril desde Guaymas, o bien hoteles como el Escobosa, situado en el extremo Norte de la Calle Elías, al Sur del Monumento 122 y frente al edificio del Cazabón, o bien tiendas como la de Lelevier, en donde se ofrecían los mejores artículos de vestir europeos.

Ese fue el escenario bajo el que se desarrolló la revolución mexicana cuyo primer periodo, el maderismo, no tuvo repercusiones locales. Las complicaciones surgieron después del cuartelazo de Huerta y del asesinato de Madero.

Seguiría el pronunciamiento de Venustiano Carranza y, aquí en Sonora, el levantamiento de las fuerzas de Alvaro Obregón que escogió a Nogales para realizar su primera acción de armas con la toma de esta población, y de esa manera convirtió a Nogales en la base inicial del movimiento revolucionario.

Vendrían después las pugnas entre Plutarco Elías Calles y el gobernador con licencia, José María Maytorena, las que llevaron a una reunión el 28 de julio de ese año de 1913 aquí en Nogales, entre las distintas facciones, aunque sin ningún avance. Pero otorguémosle la voz a Don José Vasconcelos, uno de los grandes filósofos de América, quien visitó a esta población por entonces:

“Llegamos a Nogales horas después de la Junta que absolvió a Maytorena de los cargos de sus enemigos y lo confirmó en el mando. Para asistir a dicha Junta, habían venido desde el sur a Nogales, muchos jefes. Entre todos, el que más pesaba era Obregón. A tal punto, que bastó con que él asumiera la defensa del Gobernador para que la discusión terminase y se disolviese la Asamblea al grito de ¡Viva Maytorena! … En Nogales me tocó alojarme en la misma alcoba con Miguel Alessio Robles.”

El edificio de este hospedaje compartido por Vasconcelos fue el hotel Escobosa, una construcción de piedra de dos niveles edificado a finales del Porfirismo y por lo tanto con sabor francés que, afortunadamente, continúa en pie, aunque dedicado a otros fines. Pero regresemos con Vasconcelos:

“Nos despertaron de mañana las cornetas de una compañía de yaquis que pernoctaba en los bajos del hotel. La impresión fue magnífica. Ya no éramos los perseguidos que despiertan sobresaltados. La fuerza que tocaba dianas estaba al servicio de la justicia y amparaba a los hombres honrados… la noche anterior, había llegado tarde y no ví nada del pueblo. En vano buscaba las nogaleras que sin duda le habían dado nombre. Apenas uno que otro árbol en calles apartadas y el centro una fealdad sin alivio, casas pequeñas, de ladrillo, interiores sórdidos, polvo en todas partes, descuido, y no por pobreza, por incultura.”

Pasaron nuevamente los meses y Don Venustiano Carranza también escogería a Nogales como base de operaciones del movimiento armado, y llegó a esta frontera a finales de ese año de 1913. Pero otorguémosle ahora la palabra a Martin Luis Guzman, quien nos ofrece una crónica del Nogales de entonces:

Martín Luis Guzmán
“Ya había anochecido cuando Alberto J. Pani y yo llegamos a Nogales. En la estación –feo cobertizo semejante a los que acabábamos de ver en el largo trayecto arizonense, sólo que aquí con la peculiar pátina mexicana- nos esperaban varios amigos y amigos de amigos… atravesamos una calle y caminamos un tramo de otra: ya estábamos en el hotel. La puerta daba a un pasillo que se convertía, por el fondo, en escalera… Una figura conocida apareció en lo alto y se mantuvo allá… era Isidro Fabela... se fueron abriendo las puertas de los cuartos y empezaron a salir por ellas hombres de la Revolución: salió Adolfo de la Huerta; salió Lucio Blanco; salieron Ramón Puente, Salvador Martínez Alomía, Miguel Alessio Robles y otros muchos…”

Después de dejar sus cosas y arreglarse en el Hotel Escobosa, los viajeros fueron a hablar con Carranza, al cercano edificio de la Presidencia Municipal, que se encontraba situado entonces en la esquina de Campillo y Juárez y frente al de la Aduana. Ese era el Nogales donde inició la revolución mexicana, a unos pasos del Monumento Internacional número 122.

Sunday, August 11, 2013

La región fronteriza de Nogales durante el porfiriato

La mojonera internacional en 1864
Después de la erección de la mojonera internacional en la cañada de Los Nogales en 1855, el rancho sufrió algunos cambios. Parte del mismo fue vendido a José Pierson, de Terrenate, y una mitad indivisa del terreno restante a Juan Pedro Camou; eran los años posteriores al periodo aciago de las Guerras de Reforma y de la intervención francesa; era cuando iniciaba el desarrollo económico de México y de Sonora; cuando en el Territorio de Arizona se construía un ferrocarril que lo atravesaba y que en marzo de 1880 fue inaugurado en Tucsón.

Este ferrocarril, a su vez, ocasionó un enorme crecimiento del contrabando hacia Sonora, el que sería cansado extenderme; aunque en respuesta  el gobierno federal mexicano estableció, el 2 de agosto de 1880, cuatro aduanas para resguardar la frontera sonorense con Arizona, en Quitovaquito, Sásabe, en Los Nogales y San Pedro Palominas (En este enlace puedes ver su ubicación e historia).  Dos años después era inaugurado en Los Nogales el Ferrocarril de Sonora a un lado de la mojonera de piedras que definía la frontera. Y aunque los condueños del rancho intentaron denunciar por entonces las demasías del mismo, la solicitud les fue negada, primero debido a que Pierson no era ciudadano mexicano y después porque el Juez de Distrito ordenó suspender “la adjudicación hasta que se sepa si perjudica o no a la creciente población de Nogales.”

Esto se debía a que el crecimiento del comercio internacional había llevado a que el 11 de julio de 1884 el gobierno del Estado fundara a la Población y al Municipio de Nogales, el que en su segundo artículo autorizaba al ejecutivo “para que arregle con los dueños del terreno … la adquisición de solares y de todas las ventajas que sean necesarias para facilitar el progreso de la expresada municipalidad.” 

Así fue cómo el 28 de agosto siguiente se celebraba en Hermosillo un contrato entre el Gobernador de Sonora y los condueños del terreno para que éstos cedieran “para el establecimiento del fundo legal un cuadrado de un mil doscientas varas por lado, hacia el Sur de la línea divisoria con los Estados Unidos,” aunque se reservaron algunos lotes para ellos mismos. Así fue cómo surgió la población de Nogales, no como alguien ha intentado decirnos debido al establecimiento de la aduana local ni al ferrocarril, sino al incremento del comercio internacional.

La mojonera internacional y la cantina de Brickwood
Pasaron los años, y durante los inicios de la entonces Villa de Nogales y para separar las poblaciones sonorense y arizonense únicamente del lado mexicano una calle, la actual Internacional que entonces se llamaba Camou, separaba los territorios de ambas naciones, mientras que del lado estadounidense las construcciones se aglomeraban sobre la frontera misma al grado de que alguien con sentido del humor llegó a decir que la pintura de sus paredes se encontraba en México; mientras, la mojonera de piedras erigida en 1855 había ido quedando cada vez más relegada y ahora se recargaba sobre una pared de la cantina de Brickwood que también estaba sobre la frontera misma, aunque en Arizona. En otras palabras, la pared Sur de la cantina corría a lo largo de la frontera misma, como se ve en la imagen adjunta en la que Sonora aparece a la derecha, y de esta manera la caja de cigarros que también aparece en la imagen, se encontraba colocada en el porche o cobertizo que ya estaba en México; en ella, el dueño de la cantina guardaba su producto y lo vendía, y de esta manera evadía el pago de impuestos estadounidenses.

El Monumento 122 recien instalado
Entre 1891 y 1896, debido a que las mojoneras construidas por Emory en la divisoria se encontraban ya muy dañadas, los Ing. J. W Barlow y Jacobo Blanco, de la Comisión Internacional de Límites, las renovaron. Las 52 mojoneras de piedras originales fueron reemplazadas por 258 obeliscos metálicos que son los que aún hoy persisten, y entre ellos estuvo el número 122 que reemplazó a aquella mojonera recargada sobre la cantina de Brickwood, a la que se le construyó un nicho en la pared del edificio para protegerlo, aunque de cualquier manera ese obelisco únicamente funcionaba como delimitante de los territorios de ambas naciones sin alcanzar a tener otra función,  ya que por entonces no existía ninguna restricción al cruce de la frontera por los ciudadanos de ambas naciones.

La Estación del Ferrocarril sobre la frontera misma
La ausencia de calle internacional en la ciudad vecina, sin embargo, no duró mucho, ya que el 25 de junio de 1897 el presidente estadounidense, William McKinley, ordenaba la demolición de todos los edificios en una franja de 60 pies del lado estadounidense como reserva pública, tanto al este como al oeste del recién establecido Monumento No. 122.  Entre las construcciones afectadas estuvo la estación del ferrocarril, una edificación de madera que atravesaba la frontera, parte de la misma en México y parte en Estados Unidos, la que fue dividida en dos y cada sección recorrida hacia su nación para dejar libre la franja fronteriza; simultáneamente,  la cantina de Brickwood, sobre cuya pared se había alojado la mojonera internacional y en donde, en 1895, Clegg y Sheeline habían realizado las primeras exhibiciones nogalenses del kinetoscopio, antecesor del cinematógrafo, también desapareció.

Las dos Calles Internacionales en Nogales en la década de 1930
Así fue cómo la Villa de Nogales desde entonces contó con una calle Internacional del lado estadounidense, separada de la Internacional sonorense  por el monumento 122 (que en la imagen de la izquierda no se alcanza a ver, por estar obstruido por la garita que aparece en el centro de la fotografía), un obelisco que atestiguaba el crecimiento y prosperidad promovidos por el comercio internacional que siempre utilizó a esta localidad; era una Villa que inmediatamente empezó a crecer en población e importancia para Sonora, y para 1910 alcanzaba una población cercana a los 4,000 nogalenses.

Sunday, August 4, 2013

La medición de la frontera en Los Nogales

En el artículo anterior de esta serie leíamos acerca de los orígenes del rancho Los Nogales en 1843, aunque no fue ésta la última ocasión en que su dueño, José Elías, acudió a las autoridades en relación con éste, ya que el 12 de octubre de 1854 nuevamente pedía a la Tesorería Departamental una constancia de la legalidad de su posesión, debido a que “…mis papeles del Rancho de La Casita tienen los requisitos que requiere el Artículo 6 de el reciente Tratado de la Mesilla para que el gobierno norteamericano respete los que queden dentro del territorio que le ha cedido nuestro gobierno. Y como pueda ser que mi relacionado rancho sea de los comprendidos en esa línea  por estar situado poco más o menos en el grado 31 de latitud Norte, quiero, para evitar enteramente todo motivo de cuestión, tener una constancia de que está registrado o anotado en uno de los archivos de tierras de la República, como lo es el que existe a cargo de esa Tesorería…” 

Ya conocemos la historia del Tratado de la Mesilla por lo que no me extenderé en esta ocasión sobre ésta; también sabemos que Casita no fue afectado por los límites establecidos por el Tratado de La Mesilla, aunque Los Nogales sí lo fue, ya que la frontera en esta región, definida por el Artículo 1 de este Tratado, dividió en dos al rancho (En el artículo anterior de esta serie aparece un mapa interactivo del rancho junto con la frontera. Puedes hacer click aquí para leerlo).

De cualquier manera, el gobierno de México le entregó a Elías copia de los expedientes que solicitaba. Para entonces, José Elías había casado con Ana Salazar, nacida en La Cieneguilla, Sonora e hija de un rico minero, Teodoro Salazar, descubridor de los famosos placeres de oro de Santo Domingo en esa misma región en 1803. No quiero cansar la atención del lector y extenderme sobre el tema de genealogías, pero no puedo dejar de mencionar que entre los hijos de este matrimonio estuvo Guilebaldo Elías Salazar, quien vivió en Magdalena y fue padre, entre otros, de otro Guilebaldo y de Carlos, a su vez padres respectivamente de Leopoldo Elías Romero, quien fuera Alcalde de Nogales y de Ernesto Elías Cañedo, destacado hombre de negocios nogalense y abuelo de la actual Primera Dama de Nogales. Pero regresemos a nuestra crónica…

El Tratado de la Mesilla (puedes hacer aquí click para leer sobre los Tratados Internacionales entre Estados Unidos y México) estipulaba que la frontera de México en esta región de Sonora quedaría delimitada por el paralelo 31° 20” hasta el meridiano 111°, de donde partiría la sección azimutal rumbo al río Colorado, por lo que únicamente faltaba marcarla sobre el terreno.

Para realizar esta tarea fueron nombrados dos Comisionados de Límites, William Emory por los Estados Unidos y José Salazar Ylarregui por México, aunque las convulsiones políticas que azotaban a nuestro país llevaron a que José Salazar fuera arrestado y por eso no pudo realizar su tarea. Emory, por su lado, inició él sólo su labor de marcar la frontera partiendo de El Paso del Norte en Febrero de 1855, y en mayo de ese año llegaba a las casas del rancho Los Nogales, situadas dentro del actual Nogales, Arizona, en la salida de la carretera a Patagonia. Allí se dedicó a medir astronómicamente la ubicación del lugar y encontró por un lado que el meridiano 111° se encontraba a unos 12 Km más hacia el Oeste, y que el paralelo 31° 20,” o sea la frontera, cruzaba al Arroyo Los Nogales un poco más hacia el Sur de las casas del rancho, lugar en donde ordenó que fuera colocada una mojonera de piedras.




Esa mojonera internacional, a unos pasos de la actual garita de la calle Elías, lugar que por supuesto estaba totalmente despoblado entonces, al igual que hoy se encontraba amparada por el acantilado que forma el cerro de la hoy calle Elías. A un lado pasaba el camino de herradura que comunicaba al Norte de Sonora, Imuris y Magdalena hacia el Sur, con los asentamientos situados más hacia el Norte, como Tubac y Tucsón; además, un matorral de carrizos intentaba ocultar al arroyo. Sabemos todo ésto porque junto con sus mediciones, uno de los expedicionarios, John E. Weyss, dibujó varios paisajes del valle de Los Nogales que se han conservado.

Pasaron unos días y la sección mexicana, encabezada por el Cap. Francisco Jiménez, venía realizando las mediciones desde el Oeste y llegó también a Nogales. Allí, Jiménez le dijo a Emory que el acuerdo era que ambas Comisiones debían determinar, en forma independiente, la confluencia del meridiano 111° con el paralelo 31° 20”, a lo que Emory le respondió que él ya la había determinado y que si creía que la sección estadounidense sería capaz de intentar engañarle, a lo que Jiménez respondió que nadie podría intentar realizar un fraude que le costara su propia reputación, por lo que accedió a las mediciones realizadas y puntos ubicados por Emory.

Después, ambos comisionados abandonaron la cañada de Los Nogales y regresaron a sus respectivas capitales nacionales a escribir sus informes. Mientras, la cañada de Los Nogales regresó al silencio de los siglos que únicamente duraría pocos  años más; dejaban atrás aquella mojonera de piedras que marcaba una nueva frontera internacional, una mojonera de la que tal vez nadie, por entonces, percibía su importancia.

Sunday, July 28, 2013

El comienzo del Rancho Los Nogales

Con este artículo inicio una serie acerca de la historia del punto más estratégico de Nogales, el más importante de la región fronteriza de este lugar, el ubicado alrededor de la mojonera, actual obelisco limítrofe número 122 entre México y los Estados Unidos. Este lugar, esta cañada, desde siempre, tuvo un papel estratégico importantísimo en el comercio. Inicialmente, hace ya varios milenios y debido a que era comunicación entre los ríos Asunción y Santa Cruz, por cañadas como ésta entró al norte el conocimiento de la agricultura o de la cerámica que nacieron en Mesoamérica. Después, ya durante la colonia y los inicios de nustra nación, sería vena comunicante y de abastecimiento de los asentamientos hispanos situados más al Norte y hoy lo es de productos internacionales.

Corría el año de 1841. La de Nogales era entonces una cañada vacía, aún despoblada de mestizos o europeos. Y aunque sí conservamos nombres de algunos de los poblados prehispanos que hubo en las márgenes del  río Santa Cruz al este de Nogales, lugares tales como Bacuacucan que Kino rebautizaría como San Luis Bacoancos y donde hoy se encuentra el pueblo de Mascareñas, o bien Comacavitcam cerca de o donde hoy está el pueblo de Los Picos, por otro lado no se han conservado los nombres de los poblados que debió haber en la cañada nogalense, que por sus restos sabemos que sí los tuvo.

El paso de los siglos no había logrado aún mermar el silencio de la cañada.  México se extendía por entonces hacia el Norte en la región Oeste del continente americano hasta Oregón, ya que los Estados Unidos no lograban aún salir al Océano Pacífico. Ese año, José Elías Redondo, nieto del Capitán Francisco Elías González, quien a su vez fuera el fundador de esa familia en el actual Estado de Sonora, pedía la remedición del rancho que su familia había poseído para entonces ya por alrededor de unos 90 años, el antiguo Cucurisulaqui y que ahora se llamaba Casita. Además, solicitaba “la mensura de los huecos y valdíos (sic) que necesitamos,” y aunque se midió Casita, también se ordenó que fuera integrado un expediente por separado para los baldíos que se denunciaban, mismos que con el tiempo se convertirían en el rancho Los Nogales de Elías. 

El primer paso de este proceso fue la medición de los límites de la nueva superficie de tierra que se denunciaba, los que quedarían entre los terrenos de Casita  misma por el Sur y de la misión de Tumacácori hacia el Norte, tarea que le fue encomendada a Don Francisco Navamuel, quien era una especie de notario, vocación a la que había pertenecido su familia por varias generaciones. 

Navamuel a su vez nombró a varios habitantes de la región, gente con apellidos que aún hoy reconocemos en el Norte de Sonora y Sur de Arizona, fueron Angel Olave y Miguel Apodaca como cordeleros, José Fraijo como contador y José Gallegos como encargado de la brújula. Se preparó, midiéndolo, un cordel de 50 varas (casi 42 metros) al que se le anudó un poste a cada lado para, a caballo, irse turnando cada jinete cordelero y así, contando los cordeles, ir midiendo ese baldío.


LÍMITES DEL RANCHO LOS NOGALES
Iniciando en la mojonera que marcaba el límite norte de Casita, que se encontraba ubicada en el Puerto de Encinas, lugar situado al Sur del actual Nogales, donde la carretera pasa hoy por encima de la vía férrea, se fue recorriendo toda la extensión del entonces despoblado Valle de Los Nogales desde el  Sur hacia el Norte, se pasó por la actual frontera que entonces no existía porque toda Arizona pertenecía aún a México, y se continuó la medición hasta completar 340 cordeles (14,205 m), en un punto situado “por el camino que va al Norte al Presidio de Tubac, las cuales terminaron en el camino, en una meseta alta, donde da fin un amplio cajón que baja de las montañas Pajarito.”  Era la confluencia de las avenidas Mariposa y carretera antigua a Tucsón en el actual Nogales, Arizona, cerca de donde se encuentra el edificio del Condado de Santa Cruz, y allí se colocó la mojonera norte.

(El siguiente mapa es interactivo. Puedes acercarte y alejarte, lo mismo que cambiar el tipo de información mostrada, como por ejemplo, vista satelital, mapa, etcétera.)



 Además, se agregó en la bitácora de la medición que “...la mojonera de Calabazas está a unos mil pasos más allá, en una loma alta, que cae del otro lado del cañón (o sea en la falda del actualmente llamado Mt. Benedict).” En seguida se midieron 22 cuerdas (919 m) al este y 200 cuerdas (8,356 m) al oeste desde los extremos norte y sur, para obtener una superficie de 7 y medio sitios de terreno con dos caballerías (alrededor de 13,200 Has.), los que fueron tasados en $113 con 1 real y 10 granos.

El 7 de enero de 1843 Elías los compraba y se le concedió el título del ya rancho Los Nogales que, ya lo sabemos, debió su nombre a la existencia de árboles de nogal que crecían en las márgenes del arroyo y cuyas nueces han servido de alimento lo mismo al ser humano que a animales desde tiempos inmemoriales. Después, Elías construiría las casas del rancho en inmediaciones del actual paso a desnivel del camino a Patagonia, dentro del actual Nogales, Arizona.

Sunday, July 21, 2013

Cómo armonizar la situación actual nogalense

Hemos visto ya cómo, y debido a su crecimiento reciente, Nogales más o menos se ha dividido en dos: el nuevo Nogales ubicado hacia el Sur de la ciudad que es donde se encuentran la mayoría de los nuevos negocios como cines, tiendas departamentales, fábricas y los nuevos desarrollos habitacionales.  Y el viejo Nogales, ubicado a su vez hacia el norte y cercano a la frontera; una parte de la ciudad que basó su economía en su condición de ser frontera ya que allí se localizaban las tiendas de curiosidades, los principales restaurantes como la Caverna y demás atractivos turísticos. Esta parte de la ciudad se encuentra actualmente desprovista de una función social o económica al haber desaparecido el turismo de la ciudad, aunque disfruta de una envidiable cercanía con la Unión Americana.

Es decir, se trata de dos secciones nogalenses con vocaciones económicas diferentes. La fronteriza, cuyo destino estuvo íntimamente relacionado con el comercio turístico, y la nueva que vive actualmente en comunión directa con la modernidad de nuestro país.  Pero también hay que recordar que compartimos los nogalenses un riquísimo pasado en la formación del México actual durante la revolución mexicana; además, que nos enfrentamos diariamente al problema de la relación del hombre con la naturaleza,  sea ésta la cantidad y origen del agua que sostiene la existencia humana aquí o bien la enorme inmigración reciente que hemos tenido hacia esta ventana de nuestro país; y además hemos ideado la promoción de nuevas formas del turismo, como el médico, a la vez que diariamente asistimos también, en relación con el tema de la salud, al surgimiento en la vida cotidiana del nogalense y el sonorense de nuevos estilos de vida que se expresan desde nuevas dietas hasta nuevas manifestaciones de nuestro coexistir moderno. El problema a resolver, entonces, se reduce a cómo armonizar la complejidad de todas estas dimensiones.

Y si bien en la década de los 60 el gobierno federal  le apostó a la industrialización fronteriza con el éxito ya de todos conocido, hoy nos tocaría a nosotros, nogalenses, encontrarle una solución a esta situación de múltiples facetas. Si en la década de los 60 el gobierno federal podía aún idear ese proyecto, hoy los nogalenses hemos ya alcanzado la mayoría de edad y podemos, nosotros mismos, encontrarle una solución total a nuestra compleja realidad fronteriza actual.

Esta misma semana, según el periódico El Imparcial, la Coordinadora Nacional de Artes Visuales del INBA, Magdalena Zavala Bonachea, declaró en Ciudad Obregón que “los museos en Sonora requieren de diversificar y modernizar lo que le ofrecen a un público cada vez más ávido de nuevas propuestas”  y profundizóesa idea cuando habló acerca de “la diversificación de ofertas museísticas, no sólo la visibilidad de las ofertas, sino que haya propuestas diferentes para los distintos tipos de público, porque hoy en día hablar sólo de público es muy genérico.”

Pues bien, tenemos que el viejo Nogales, el antiguo Nogales, cuenta con un edificio de museo que se podría convertir en el detonante de esa solución de múltiples dimensiones para esta frontera y como plan piloto inicial, susceptible a ser aplicado regionalmeente después, aunque requeriría la adecuación de toda la ciudad en una “propuesta diferente” tanto para los nogalenses mismos como para quien nos visite.

Es decir, utilizándolo como punto de partida, podría muy bien convertir a toda esta ciudad en un escaparate en donde se muestre a los nogalenses y a los que no, la enorme aportación que han tenido en la formación del Nogales actual tanto la revolución mexicana como el programa de maquiladoras, que muestre también cómo Nogales intenta solucionar la problemática ecológica local mediante hábitos sociales o educativos  de ahorro de agua, o bien que sirva de detonante de la modernización y adecuación de la oferta turística integral local para el visitante, hoteles, restaurantes, entretenimientos, basándolos siempre en la modernización de los estilos locales de vida, sean éstos de dieta a través de la sustitución de grasas y carbohidratos por recetas aún por descubrir o de otros modos de expresión sociales.

Recuerdo, por ejemplo, que durante las visitas guiadas que acostumbraba un servidor ofrecerles a grupos de turistas de la nación vecina, éstos mostraban incredulidad cuando les decía que los nuevos nogalenses no habían llegado a esta frontera después de que la oficina del empleo local les hubiera confirmado un trabajo aquí, sino que lo hacían llamados por un tío, un hermano o algún otro familiar que les había precedido a esta frontera utilizando la mecánica social de las redes familiares.

Pero además, siempre me ocurrió que uno de los momentos más emotivos era cuando en las guarderías de las maquiladoras, los turistas veían a los infantes jugando o bien durmiendo después de comer. Los rostros turísticos que se asomaban tras las ventanas de las guarderías se veían a sí mismos reflejados en esos infantes porque comprendían entonces que todos, al fin, somos iguales: todos, miembros de la familia humana. En ese escaparate se podría convertir el Nogales actual. En nosotros estará el lograrlo.

Sunday, July 14, 2013

La vocación del centro de Nogales

Ya veíamos en el artículo anterior de esta serie cómo la parte nueva de Nogales, la ubicada en términos generales al Sur del Centro Cultural Los Nogales (CECUN), vive en relación diaria con las maquiladoras, en general con la educación tecnológica, y que allí se encuentran las tiendas departamentales modernas, los centros de diversión y de cultura. En resumen, se trata de un nuevo Nogales alejado de su condición fronteriza.

Así, ahora dedicaré mi atención al antiguo Nogales, al más cercano a la frontera. La antigua vocación de este antiguo Nogales que por características propias de su geografía se halla precisamente en la frontera estuvo relacionada precisamente con ella. En esta zona se encontraban las tiendas de curiosidades de las que vivía gran parte de los nogalenses. También aquí estaba la antigua plaza de toros, hoy un edificio desmantelado debido a que su última corrida de toros ocurrió hace ya muchos años. En esta zona se encuentran, igualmente, muchos de los restaurantes, aunque no todos, que vivían del turismo estadounidense, y el principal de todos, la Caverna, actualmente también hoy ya desapareció. Es un Nogales que ha quedado desnudado de alguna función como zona urbana o de una vocación económica para el sustento de los nogalenses.

Y si nos preguntamos sobre el destino futuro de esta zona Norte de la ciudad, del Viejo Nogales, inevitablemente llegamos a la conclusión de que éste, sin duda, tendrá que radicar precisamente en su condición fronteriza, condición íntimamente relacionada con el turismo.

Sín embargo, las condiciones que promuevan a este turismo ya cambiaron. Hace ya varios años que se habla del turismo médico como atractivo local fronterizo, no únicamente de Nogales sino de toda la frontera de México con los Estados Unidos. Pero sea como sea, inevitablemente el turismo médico deberá también estar asociado con otras clases de turismo. Y es que sería poco menos que imposible que únicamente se desarrollara la oferta médica, dejando de lado a todo el potencial asociado que se relaciona con la oferta de lo nacional hacia el exterior.

De esta manera, a la dimensión médica será necesario agregarle otros atractivos, y lo que sigue lo digo por experiencia personal, ya que me ha tocado ser testigo del imán que constituye para el visitante ver una muestra sobre cómo se vive actualmente en esta frontera; una muestra de nuestro presente y a la vez de nuestro pasado.

Como inicio del inventario con que contamos, se debe de considerar que en el Viejo Nogales se halla el edificio del Museo de la Ciudad, un edificio cuya vocación futura deberá estar vinculada a la atención lo mismo del connacional que del turista, por lo que será necesario adecuar su uso a ambos: o sea convertirlo en un escaparate de lo nuestro para quien nos visite y a la vez una ventana reforzadora de nuestra identidad para el nogalense que entre a sus puertas. En otras palabras, deberá cumplir con esa función doble: escaparate nuestro para el turista y espacio de autocomprensión para el nogalense.

Y si cambiamos nuestra mirada hacia otras dimensiones de lo que podríamos ofrecer, tanto a nacionales como a extranjeros, tenemos que también nos sirve de una enorme ayuda el saber cómo surgió Tijuana al turismo, porque podríamos adoptar para Nogales los principios intemporales que hicieran famosa a la actual principal ciudad fronteriza entre México y los Estados Unidos.

Así, veremos que un factor importantísimo del atractivo tijuanense estuvo en el famoso Casino del Agua Caliente, y dentro de éste, deberemos recordar que gran parte de su clientela acudía a un restaurante que se hizo famoso, y así recordaremos el antiguo adagio: “al corazón se llega por la boca.”

Los menús del restaurante eran impresos diariamente con platillos que sumergían a los clientes en un escapismo romántico de la cotidianeidad foránea con tintes exóticos. Esto se debía a que diariamente se ofrecían al comensal guisados de venado con arroz silvestre, filetes de basa cubiertos de salsa “au vin blanc Silensienne,”  o bien para los desayunos se podía acudir a los huevos revueltos con cerebros de becerro. Sin embargo, no únicamente se ofrecían allí platillos que eran o aparentaban ser de la cocina internacional, sino que también la cocina mexicana reinaba como atractivo para quien deseaba explorarla. De esta manera, el chef que había sido contratado en Nueva York ofrecía igualmente machaca con huevos revueltos, enchiladas de pavo, chiles rellenos o bien pipián de pato en salsa de ajonjolí. Estas comidas usualmente iban acompañadas de una bebida de algún vino regional, como claret Santo Tomás o si el comensal era más exigente, de un champagne de la casa francesa Veive Clicquot, y como postre también podían acudir al  supuesto dulce mexicano de nieve de pitahaya.

Sin embargo, también deberemos tener en cuenta de que actualmente han cambiado las dietas, tanto la mexicana como la estadounidense. En el Sonora actual, el platillo tradicional de la carne asada con tortillas de harina de agua, a la que se le agregan salsa de tomate rostizado y frijoles refritos, cada vez más es reservada para días especiales en familia en los que el sonorense contemporáneo puede participar en ese ritual que revive “la sencillez de la vida del campo.”

Y es que la velocidad del Sonora actual también ha cambiado a nuestros platillos en lo que se conoce como nueva cocina sonorense. Es una cocina en la que los apremios obligan a que se consuman cuando mucho tacos de carne asada, de cabeza o de birria, o bien como símbolos de la creciente globalización en los alimentos, las pizzas y los hot dogs (al estilo sonorense o sinaloense), e igualmente vemos cómo curiosamente ocupa un importante lugar en nuestra dieta sonorense contemporánea el platillo japonés del sushi.  Al mismo tiempo, la dieta estadounidense abandona cada vez en mayor grado a las harinas y demás carbohidratos, aunque sería demasiado cansado extenderme sobre este tema.

Y como complemento de lo anterior, también deberemos considerar la oferta hotelística local, con atractivos que la hagan digna de nuestro nuevo México. Sin embargo, el espacio de este artículo es reducido por lo que únicamente hablaré aquí de la comida.

Por todo lo anterior, debemos de estar seguros de que el turismo médico no es suficiente como elemento interesante local sino que es necesario el estreno de otros atractivos nuevos. Entre éstos podría muy bien estar la apertura de diferentes escaparates de nuestra identidad contemporánea, los que se ofrecieran acompañados de platillos rediseñados con elementos globales, como lo es nuestra cocina sonorense actual, y que estuvieran simultáneamente adaptados a la nueva dieta del extranjero; podríamos lograr todo eso si aprovechásemos igualmente las capacidades nuestras, por ejemplo para diseñar esos platillos se podría acudir a las escuelas de gastronomía regionales. Y aquí hay que recordar aquel otro adagio nuestro: "Querer es poder."

Sunday, July 7, 2013

Los Nuevos Dos Nogales

Ya leíamos en los artículos anteriores cómo, debido al establecimiento de las maquiladoras en Nogales a partir de la década de 1960, esta población explotó en población; pero además debido a su orografía particular fue creciendo en forma diferente a las demás limítrofes nacionales que lo hicieron extendiéndose apegadas a la frontera internacional. Así, fue creciendo de Norte a Sur siguiendo la cañada del arroyo que le diera nombre, Arroyo Los Nogales.

En la década de los 70 u 80 del siglo pasado, lugares que se encontraban afuera de la mancha urbana, en nuestro día constituyen el centro geográfico de Nogales, Sonora. De esta manera, la hoy antigua estación del ferrocarril, edificio que fuera edificado en un punto que en aquel entonces se pensó que pasarían muchísimos años para que fuera absorbido por el crecimiento urbano, en nuestros días, desprovisto de cualquier función y como edificio vacío, únicamente sirve para definir sobre el terreno el centro geográfico nogalense, un centro que atestigua cómo el antiguo Nogales es reemplazado por un Nogales de pasos a desnivel y de velocidades cada vez mayores, un Nogales de espacios que escapan de la angosta cañada que le diera origen a la población debido a que, precisamente allí, la cañada se ensancha.

Así, este nuevo Nogales, Sonora, un Nogales que se encuentra delimitado hacia el Norte por el edificio del  Centro Cultural los Nogales (CECUN) y que como vemos crece hacia el Sur, en forma cada vez más intensa busca independizarse de su condición fronteriza. Esto se debe a que han surgido en su seno comercios, tiendas, centros de diversión y de cultura, en fin alternativas del ser que son propuestas naturales a las condiciones locales y que  buscan todas ellas una nueva identidad, una nueva forma del vivir nogalense, como si estuvieran hastiados de nuestra condición fronteriza.

Si bien hasta la década de 1970 la calle Morley de la ciudad vecina se había convertido en la tienda de toda la Costa del Pacífico mexicana, hoy ya no lo es y ha sido reemplazada por otras opciones que ya no requieren del cruce transfronterizo de los nogalenses y sonorenses para subsistir, son condiciones que ya no piden la entrega de un documento para poder adquirir cualquier artículo, de subsistencia o no, de satisfacción social o individual, de mera curiosidad o de superficialidad curiosa. Este es el Nogales de hoy, el Nogales cotidiano, el Nogales de todos sus habitantes; un Nogales que superficialmente no requiere de una alteridad fronteriza para subsistir porque todo lo encuentra en su propio seno. Y digo superficialmente, porque en el fondo mucha de la economía local se encuentra basada en la industria maquiladora, porque la educación superior está encaminada hacia la industria de la transformación, porque la diversión se basa en cánones que son, también, aparentemente foráneos en su origen; porque, a fin de cuentas, muchos de los que viven y trabajan aquí son empleados de la globalización económica.

Pero además, frente al aparente extranjerismo local nogalense del que muchos compatriotas se quejan cuando llegan aquí, muchas de las características propias de lo mexicano también se imponen en esta frontera ya que, por ejemplo, aún en el seno de este nuevo Nogales y como acto reivindicador, la antiquísima costumbre mesoamericana del tianguis perdura en muchas manifestaciones finsemanales de las que la más grande de todas ellas ocurre precisamente a lo largo de la calle principal de la Colonia Colosio, la mayor invasión urbana local; es una calle que se convierte de vía de transporte como lo es todos los días, en un enorme mercado en donde el visitante puede encontrar en cualquier sábado o domingo desde un veterinario para sus mascotas hasta tambos para almacenar el cada vez más escaso líquido vital no únicamente local sino sonorense: el agua; o cualquier niño hallará un juguete, electrónico o no, que alimente su imaginación, o bien el ama de casa podrá adquirir los abarrotes que le ayuden a paliar lo caro de la vida. Todo éste es el nuevo Nogales cotidiano, el individual, un Nogales micro que a fin de cuentas depende del Nogales macro, de nuestra condición fronteriza, del comercio internacional.

Y es que acompañando a ese Nogales, aunque cercano a la frontera, otro Nogales más se conserva. Es el Nogales de las cada vez más disminuidas tiendas de curiosidades. Es el Nogales de la violencia transfronteriza, es el Nogales donde vive la gente que tiene la posibilidad de asomarse y ver, aunque sea desde lejos, al Nogales de la nación vecina. Es el Nogales que ve pasar, día con día, a los cotidianos ferrocarriles cargados de autos exportados que fueran fabricados en el interior del Estado; es el Nogales que cíclicamente, año con año, atestigua cómo la gente del Sur de Sonora transforma a la avenida Plutarco Elías Calles en un gigantesco estacionamiento, esperando su turno para poder cruzar la frontera e ir, como antes, de compras a la Unión Americana; es el Nogales que…

En resumen, son dos Nogales que conviven cotidianamente buscando, cada uno, una respuesta absoluta a lo impermanente del coexistir cotidiano.


Sunday, June 30, 2013

Consecuencias de la industrialización nogalense

En el anterior artículo de esta serie vimos cómo, frente a la interpretación local nogalense de que nuestra vocación natural era el turismo, el gobierno federal le apostó a otro destino basado en la industrialización. Así, empezando la década de 1960 se implementó la idea de la maquiladora, o sea el uso de mano de obra mexicana para terminar piezas extranjeras en México, las que serían después devueltas a los Estados Unidos y comercializadas allá. En este artículo veremos, con la ventaja que nos ofrece la retrospectiva, cómo vinieron a alterar las maquiladoras al Nogales de entonces.

Una de las principales consecuencias de la industrialización fue que los nogalenses, en vez de acudir a comprar todo a la población vecina, estadounidense, volteáramos ahora hacia el Sur y recuperásemos nuestra condición de mexicanos. Si bien hasta entonces la mayoría, si no es que todas las tiendas locales se encontraban en Arizona, ahora empezaron a surgir otras más del lado mexicano, las que ofrecieron desde alimentos, pasando por ropa hasta artículos muebles.

Otra consecuencia que tuvo la industrialización, indudablemente, fue una enorme emigración de gente a la frontera, la que tuvo como resultado internacional que la nación vecina fuera endureciendo las medidas contra la entrada a territorio estadounidense de connacionales, y de esta manera los mismos Estados Unidos contribuyeron a que recuperásemos nuestra condición mexicana.

Además, en esta frontera surgieron en la década de 1970 instituciones de educación superior encaminadas a la educación tecnológica, aunque significativamente otras carreras más que también surgieron entonces ya que se pensó que tendrían éxito, como Licenciado en Turismo, fueron eventualmente desechadas debido a que su mercado no fructificó y reemplazadas por aún más carreras orientadas a la industria maquiladora. Hoy vemos cómo los niveles educativos que se ofrecieron localmente no llegaron a ser lo suficientemente elevados para alentar el salto que representaba el surgimiento de maquiladoras con capacidades más complejas. Por ejemplo, aunque ya hay la oferta local de maestría (en Sistemas Computacionales), aún no se producen localmente doctorados o niveles equivalentes que lleven a una elevación de la calidad de lo producido localmente, lo que sí sucedió en las otras principales ciudades sonorenses, como Hermosillo o Ciudad Obregón.

Además, el ineludible factor de escasez del agua será el determinante futuro de la actividad económica motriz de esta frontera. Es imposible sostener niveles masivos de ocupación de empleos de baja productividad frente a la creciente escasez del vital líquido local.

Y por otro lado, también se han producido recientemente, no únicamente en Nogales sino en todo México, otros cambios en la dimensión social: en primer lugar un gradual envejecimiento de la población nacional e igualmente la local; y aunado a ello, la creciente importancia de la clase media como actor social. Y aunque no han aparecido aún análisis del crecimiento de la clase media en nuestra población, por otro lado se perciben sus efectos, ya que el surgimiento de centros comerciales y de diversión nogalenses son una prueba fehaciente de ello.

Pero además, es precisamente la ubicación geográfica dentro de Nogales de estos centros de convivencia social la que nos ofrece un indicio de que gradualmente la condición fronteriza local ha ido perdiendo importancia como factor de atractivo social. Esto se debe a varios factores: en primer lugar, y a diferencia de todas las demás ciudades fronterizas mexicanas con la nación estadounidense, que han crecido pegadas a la frontera, dependiendo social y económicamente de su condición fronteriza, alcanzando su mayor superficie en las regiones aledañas a la frontera, esta ciudad, tal vez debido a lo angosto de la orografía en la región aledaña fronteriza, ha crecido siguiendo la cañada, o sea hacia el Sur, hasta el grado de haber llegado a constituir dos entidades. El Nogales antiguo, menor en población, cercano a la frontera y que depende en mayor grado para su subsistencia de la nación vecina, y el Nogales nuevo ya que es de reciente creación, situado hacia el Sur de la ciudad.

En este nuevo Nogales es donde se encuentra la invasión urbana proletaria, Colonia Colosio, pero también aquí en este nuevo Nogales es donde vive la mayoría de la nueva clase media Nogalense. Toda esta gente ya no depende económicamente de nuestra condición fronteriza local, por ejemplo no acude a hacer sus compras a la nación vecina porque todo lo puede adquirir en el nuevo Sur de Nogales. Se trata de un nuevo Sur nogalense que, por cierto, se convierte gradualmente en el nuevo centro geográfico de la ciudad.

Así, el surgimiento de la industrialización fronteriza nogalense a partir de la década de 1960 provocó una enorme y profunda sucesión de cambios locales que han llevado a nuestra situación actual, una situación aparentemente paradójica: un Nogales que depende de su condición fronteriza en lo macro, pero que se aleja de ella en lo micro. Sin embargo, el espacio se me agota, por lo que continuaré con el tema en el próximo artículo.

Sunday, June 23, 2013

Antecedentes de la Industrialización fronteriza

Ya hemos visto en cada uno de los artículos anteriores de esta serie cómo se llevó a cabo la industrialización de la frontera Norte de México, claro, centrándonos en Nogales y en sus particulares circunstancias. Así analizamos sus consecuencias en la población local y su incidencia sobre la infraestructura social, en la educativa en particular o en lo ecológico, en el uso del recurso agua. Sin embargo, hace falta presentar una imagen general acerca de cómo se llegó a donde nos encontramos actualmente.

Nogales había surgido como un lugar en la geografía sonorense ubicado justo en el punto en que bajan de altura las regiones montañosas situadas hacia el Este de Sonora para transformarse en las regiones desérticas situadas más hacia la costa, al Oeste, por cierto las más áridas que hay en Norteamérica. Era el lugar ideal en cuanto a su clima anual para facilitar el transporte entre México, en particular Sonora, situado hacia el Sur, y el Norte, Arizona de la Unión Americana. Pero eso no fue todo; en este mismo lugar dos ríos casi logran tocarse comunicando a Sonora hacia el Sur con Arizona hacia el Norte. Sus nombres, el Asunción y el río Santa Cruz.

La ubicación estratégica del lugar llevó a que durante la paz porfiriana surgiera en forma espontánea en el paraje una población, una sociedad cuya meta desde entonces fue utilitarista.  Los que venían aquí lo hacían y aún hoy lo hacen, muchos de ellos como último recurso de vida, que llegan y se encuentran esta barrera real, cultural y sicológica del fin de la realidad mexicana y el inicio de la estadounidense, y ya sea que inicien aquí un negocio y por medio de él formen su nueva biografía o bien vengan con la intención de cruzar la frontera, aunque siempre o casi siempre lo hacen con la finalidad de iniciar una nueva vida, de escribirse una nueva historia de vida.

Y así, después del porfiriato vendría la revolución mexicana, y al terminar ésta, ocurriría la gran depresión económica mundial de la década de 1930, época que coincidió, en México, en Sonora y aquí en Nogales, con la intención del Estado Nacional de convertirse en el rector supremo y guía total de una sociedad mexicana  que intentaba encontrar un nuevo punto de equilibrio entre los diversos poderes posrevolucionarios; de esta manera fue cómo se presentó, entonces, una pugna entre los poderes espirituales definidos y los terrenales que intentaban imponer su supremacía. El poder terrenal del Estado intentó convertirse en rector supremo de la sociedad, aunque a fin de cuentas se mostró insuficiente para resolver toda la complejidad social, cultural y espiritual que afloraba ya desde entonces en el ser mexicano, y la consecuencia natural, casi obvia, fue que el Estado Secular falló. Falló porque al intentar convertirse en el árbitro supremo no logró descifrar las verdaderas causas, las raíces nutricias de la espiritualidad mexicana, sonorense, nogalense.

Y así pasaron aquellos años de las décadas de 1930 y 1940, cuando todo indicaba que la vocación de nuestra ya ciudad sería el turismo. Era una aparente vocación que fue reforzada por la Segunda Guerra Mundial, fue un conflicto que convirtió a esta ciudad fronteriza en un escaparate turístico, fue una época que llevó a que surgieran aquí dos Nogales, el Nogales diurno alimentado por las tiendas de curiosidades y restaurantes que sostenían la imagen exótica, inasequible del “old Mexico,” y el Nogales nocturno de los soldados de los fuertes estadounidenses aledaños a la frontera que convirtieron a esta ciudad en vehículo de satisfacción de sus ansias carnales juveniles. Pero continuó pasando el tiempo…

Ya durante la siguiente década, de1950, se creía que se había logrado ver la meta hacia la cual deberían encaminarse los esfuerzos de todos, ésta se lograría persiguiendo una fórmula económica y social basada en el turismo. Sin embargo, esa perspectiva era errónea, ya que aunque los notables de la ciudad apoyaban este proyecto económico y social para la frontera, el turístico, por otro lado las realidades de la nueva relación con la nación vecina y la ya desde entonces creciente globalización en lo económico, que desde la perspectiva mexicana se debía de expresar también en lo social, en la emigración en particular, eran vistos con creciente preocupación desde las esferas dirigentes nacionales mexicanas.

Una de las primeras manifestaciones de esta nueva vigencia había ocurrido durante la década de 1920, cuando como resultado de una crisis económica estadounidense el precio del algodón, del que Arizona era gran productor, se vino abajo, y como consecuencia Nogales se vio inundado de trabajadores mexicanos del campo que fueron despedidos y expulsados del Estado vecino, de la nación vecina. Otra, fue el impacto creciente local del valor de nuestra moneda, el peso, frente al dólar, ya que por ejemplo precisamente en abril de 1954, al anunciarse que el gobierno federal de México había decidido construir un edificio federal para albergar a todas las instancias nacionales nogalenses justo a un lado de la garita principal, para que se presentara como un ícono de la presencia nacional, de nuestra realidad fronteriza mexicana, el día 19 el peso mexicano fue devaluado por lo que ese proyecto, modificado, tendría que esperar a ser realizado hasta la década de 1960 a través del Programa Nacional Fronterizo (PRONAF).

De esta manera fue cómo durante esos años que precedieron a la década de 1960, el gobierno federal fue diseñando otro programa económico y social para Nogales, era un proyecto que se fundamentaba en un cambio radical en la función social y económica de esta frontera: en su industrialización.

Sunday, June 16, 2013

El agua y el crecimiento futuro de Nogales

Hasta ahora hemos analizado el comportamiento histórico social nogalense en relación con la industria manufacturera, que en su inmensa mayoría consiste en la maquiladora. Ahora  intentaremos aventurar escenarios sobre el comportamiento futuro de la población nogalense misma. Y a pesar de que superficialmente pensaríamos que el factor humano fuese el factor decisivo para intentar una aproximación hacia nuestro futuro, la realidad es que hay otro que resultará determinante en el comportamiento por venir de la población nogalense, de nuestra economía y de nuestra calidad de vida. Este es el acceso al recurso más valioso no únicamente de Sonora y de Arizona, sino también definido como recurso escaso mundial: el del agua.

Intentando encontrar una solución a este problema, podríamos muy bien intentar realizar un balance frío, numérico, económico entre las obvias ventajas que ofrecen las maquiladoras contra el costo que implica la explotación del recurso agua sobre esta cada vez mayor población fronteriza, no únicamente en forma directa sino en costos indirectos, y así hallar el punto de equilibrio entre ambas dimensiones. Pero déjenme explicar que esta perspectiva no es demagógica, sino que únicamente intento determinar si existe un límite a nuestro crecimiento, o lo que es lo mismo, si esta ciudad de Nogales tiene un tope máximo de crecimiento más allá del cual es imposible pasar. La pista nos la ofrece el hecho de que absolutamente toda el agua que se utiliza en esta ciudad cayó en forma de lluvia recientemente, debido precisamente a nuestra orografía.

Perfil del Terreno alrededor de Nogales
Yendo de Norte a Sur, Nogales está situado en la cúspide de una pirámide en la que el punto más alto se encuentra en el Puerto de Encinas, al Sur de esta población, con una altura sobre el nivel del mar de 1,330 metros. Desde este punto, tanto hacia el Norte como hacia el Sur, el terreno va en descenso gradual, y Tucsón, en Arizona, se encuentra más o menos a la altura de Santa Ana, a unos 700 metros sobre el nivel del mar; mientras que Phoenix, Arizona, tiene unos 100 metros más de altura que Hermosillo en Sonora, que alcanza unos 200 metros de altura. De esta manera, toda el agua que se utiliza en esta ciudad de Nogales fue depositada durante la pasada temporada de lluvias sobre la cuenca del río Santa Cruz hacia el Este de Nogales, o la del Asunción hacia el Sur.

Ahora que si adoptamos la orientación Este a Oeste como nuestra aproximación a este análisis, tenemos que hacia el Oeste de Nogales la precipitación es muchísimo menor que en Nogales, debido a que hacia allá se encuentra una región con condiciones cada vez más desérticas. Y al mismo tiempo, hacia el Este de Nogales, estamos en competencia con los minerales de Cananea que requieren de agua para sus procesos extractivos del metal rojizo.

Es decir, existe un tope físico al crecimiento futuro nogalense determinado por el acceso al agua, del que ya hablan algunos análisis, como el reciente “ Effects of climate change and population growth on the transboundary Santa Cruz aquifer”, que proyecta que para alrededor del 2060 se estabilizará la población nogalense de Sonora, antes que ocurra lo mismo con la del lado de Arizona.

Y es que desde el inicio de esta población, el elemento agua fue determinante para su crecimiento. Inicialmente se utilizaba la que se extraía del subsuelo de la misma cañada de Los Nogales, hasta que en 1898 fue fundada la compañía de agua de Nogales, la que abastecía del líquido a ambas poblaciones. Vino la revolución y, debido a sus estragos, Nogales, Arizona se vio obligada a independizar su abastecimiento y se construyó un acueducto desde el río Santa Cruz, mientras que Nogales, Sonora, continuó abasteciéndose de la cuenca de Los Nogales.

Pasaron los años, y al concluir la etapa bélica revolucionaria, en 1923 se perforaban unos pozos en Las Chimeneas, donde actualmente se encuentra la Unidad Deportiva sobre el Arroyo de La Granja, y se pensó que ese abasto de agua resolvería el problema local.

Sin embargo, Nogales continuó creciendo, y en 1948, copiando a nuestra ciudad hermana, también el lado sonorense construyó un acueducto para traer agua desde el río Santa Cruz, para “resolver de una vez por todas el problema del agua de Nogales;” y así pasaron nuevamente los años hasta que durante la década de 1990 se construyó un acuaférico para traer a Nogales el líquido desde el río Asunción, en Los Alisos, y un Presidente de la República vino a inaugurar esas obras frente a la Plaza Hidalgo, y nos dijo; “finalmente, el problema del agua en Nogales ha sido resuelto;” pero siguieron pasando los años, y en esa carrera interminable para conseguir agua de las cada vez más escasas fuentes del vital líquido alrededor de Nogales, actualmente vivimos dentro de otro periodo de respiro entre esas crisis cíclicas que convierten cada vez en forma más grave, los veranos, en una sedienta ciudad a esta población fronteriza.

Sunday, June 9, 2013

La educación reciente en Nogales

Una consecuencia muy interesante y tal vez inevitable del programa de industrialización fronteriza aquí, en Nogales, ha sido la del cambio en la composición de la sociedad nogalense, así como en la de las características educativas de los fronterizos. Y aunque no existen buenas estadísticas de la población o del nivel educativo de los nogalenses, de cualquier manera los censos nos aportan información valiosa que no podemos hacer a un lado.

Para comenzar, ya sabemos que asociado con el crecimiento de la población nogalense estuvo el establecimiento, en 1975, del Instituto Tecnológico de Nogales que, aunque se piensa que fue una consecuencia de la industrialización, en realidad la idea de construir una institución educativa con esa orientación data de mucho antes. Por ejemplo, la Iglesia Católica planeaba ya desde 1955  “hacer un Instituto Tecnológico que tanto necesitamos...” en terrenos de la actual Colonia Chulavista. Sin embargo, la historia de los intentos de construcción de infraestructura educativa en Nogales no son el tema central de este artículo, por lo que regresaré al principal.

Para  llevar a cabo este análisis, he dividido a la población de Nogales en tres grupos principales de edades, basándome en las características socioeconómicas que corresponderían a cada grupo: el de los menores de 20 años, que serían los jóvenes que aún no se incorporan o bien se van incorporando a las actividades económicas; otro grupo es el de los que tienen entre 20 y 30 años y que correspondería a aquellos que acaban de terminar sus estudios y son los que participan activamente en la vida económica, mientras que el tercero, y únicamente con la meta de tener un parámetro, correspondería al de los mayores a 30 años.

distribución por edades de los nogalenses
Pues bien, según los censos del 2000 y 2010, es asombroso el crecimiento porcentual que tuvo el grupo de los mayores de 30 años, que corresponde al 33% del total el 2000, y al 49% el 2010, lo que constituye un hecho indiscutible: la población de Nogales está pasando por un proceso de envejecimiento gradual, ya que fue precisamente el sector poblacional de estas edades el que provocó el crecimiento de Nogales durante las décadas pasadas. Se trata de las edades de mayor productividad material; son aquellos que buscan empleos en trabajos no calificados, ya sea porque han sido expulsados desde sus regiones nativas o porque no han logrado empleos en sus lugares de origen debido a que no han mejorado su formación académica. En consecuencia, tenemos que se están manifestando factores ocultos, importantísimos, que están provocando esta redistribución de las edades de la sociedad nogalense.

Otro cambio fundamental entre el 2000 y el 2010, radica en los niveles educativos que tienen los nogalenses, y que nos indican que gradualmente se eleva el nivel académico que han alcanzado. Por ejemplo, entre aquellos que tenían entre 15 y 17 años, que se infiere corresponden a los que tienen o cursan niveles de secundaria o equivalente; según el censo del 2000, el 54% de ellos asistía a la escuela, los que para el 2010 habían subido al 74% del total.

Pero otro proceso aún más dramático e ilustrativo de la recomposición educativa de los nogalenses es que si tomamos como referencia a los mayores de 14 años que hayan alcanzado algún grado de carreras, mientras que en el 2000, el 26%, o sea la cuarta parte del total eran técnicos comerciales con SECUNDARIA terminada, para el 2010 su proporción del total había bajado al 10%. Este cambio de proporción ocurrió haciendo que crecieran los técnicos con PREPARATORIA terminada, que el 2000 alcanzaban el 8%, mientras que el 2010 habían subido a casi el 14%, aunque hay que agregar que también crecieron numérica y proporcionalmente aquellos que habían alcanzado grados de maestría o doctorado, ya que mientras que el 2000 comprendían el 3% para el 2010 alcanzaban el 6%.

disciplinas educativas de los nogalenses
Ahora bien, si tomamos como nuestra base de análisis a este grupo de los que alcanzaron niveles académicos superiores, encontraremos que las disciplinas derivadas de administración (Economía, Administración y Turismo) eran la mayoría, ya que comprendían el 30% de los profesionales. A esta orientación académica le seguían en proporción las Ingenierías (Civil, Extractiva, Metalúrgica, Computación, Informática, Eléctrica, Electrónica, Mecánica, Industrial, Transportes, Aeronáutica y Topográfica) con el 24.98% del total de los profesionales. En seguida estaban las Ciencias Sociales (Ciencias sociales, políticas, administración pública, relaciones internacionales, comunicación, derecho y geografía), con el 9.07%, y finalmente las disciplinas de Educación (Educación y Pedagogía) con el 7.78% del total. Hay que agregar que un 12% no especificaron la dimensión en la que se habían recibido.

En resumen, se puede decir que la población nogalense, según los censos que se realizan cada decenio, actualmente tiende al envejecimiento, y a pesar de que la mayoría de la población no ha alcanzado niveles académicos superiores, o sea el 91% del total, entre aquellos que sí los han logrado hay una clara tendencia a incrementar aquellos que tienen niveles de profesionistas y de posgrado, y en particular en disciplinas relacionadas con la naturaleza de la economía de esta frontera, que serían Administración, Contabilidad e Ingenierías.

Sunday, June 2, 2013

Bonanzas y Depresiones en las Maquiladoras de Nogales

Para darle inicio a la industrialización fronteriza en esta población fronteriza, en marzo de 1967 el gobierno del Estado de Sonora expropiaba un predio de 57.06 hectáreas al Sur de la entonces mancha urbana para establecer allí el Parque Industrial de Nogales. Poco después, en abril de 1969, el gobierno municipal le arrendaba a Epitacio Paredes como representante de la compañía Parque Industrial de Nogales (PINSA) , un total de 46.1418 hectáreas para la construcción del primer parque industrial de esta frontera, tarea que le tocó realizar a la compañía estadounidense Arthur C. Little. Mientras se construía el parque industrial, Richard Campbell empezó rentando algunos espacios en el centro de Nogales a algunas compañías estadounidenses con el fin de convertirlos en fábricas, y al inaugurarse el parque industrial de PINSA en 1970, Campbell ideó el plan Shelter (plan de albergue), que después se aplicó a otras fronteras y regiones, aunque en esta región ha operado a través de la compañía Sonitronies-Collectron, cuyas oficinas principales se encuentran en Tucsón, Arizona.

Así fue cómo la meta mexicana de industrializar la frontera estableciendo fábricas de ensamble en las que se aprovecha mano de obra mexicana para darles el acabado final a productos ya sea mecánicos o electrónicos, los que después son regresados a Estados Unidos con valor agregado, fue aprovechada por el plan Shelter, el que actualmente ofrece a las compañías internacionales la posibilidad de operar en México con bajos costos y riesgos, es decir, “manteniendo control de su núcleo y de sus funciones de valor agregado y estratégicas”  a través del uso de “profesionales experimentados que manejan los muchos detalles especializados para realizar negocios en México.”

Entre las ofertas del Plan Shelter se cuenta la “administración de recursos humanos, de salarios y beneficios, de importaciones y exportaciones, los cumplimientos fiscal y de impuestos, condiciones ambiental y de seguridad, de salud ocupacional, la procuración de consumibles, la administración del parque y de infraestructura, de transporte obrero, de servicios de cortesía a los clientes, de asuntos de gobierno y comunidad,”  todo a cambio de una tarifa que se les cobra a esas compañías y que se basa en horas-persona trabajadas.

El triunfo que alcanzó el plan Shelter radicó en su orientación hacia grandes compañías internacionales. Fueron empresas que se convirtieron en las pioneras de la segmentación del proceso productivo en el mundo, o globalización de la producción, como se le llama hoy. Entre ellas se podrían mencionar a Fairchild, Magnavox, Packard Bell o a Motorola. Esta última  fue la primera compañía gigante en ubicarse aquí en 1967, aún antes de la apertura del parque industrial, reubicación que le llevó a lograr grandes ahorros en producción al disminuir los costos derivados de los salarios, que son más bajos que en Estados Unidos. De esta manera se produjo una verdadera explosión en el número de las maquiladoras nogalenses, ya que para 1974 se habían colocado en esta frontera un total de 40 maquiladoras que le daban empleo a 9,646 fronterizos sonorenses.

Sin embargo, la causa de su éxito también la hizo vulnerable a los ciclos económicos mundiales, ya que el número de maquiladoras y la cantidad de obreros fueron desde siempre una expresión de las condiciones económicas de la nación vecina. El primer periodo de depresión en el universo de las maquiladoras, por ejemplo, ocurrió entre 1974 y 1975 cuando una depresión económica estadounidense provocó el despido del 31% de los empleados y que desaparecieran muchas de esas empresas.  A esta depresión le seguiría, entre 1976 y 1979 otro de recuperación económica estadounidense que llevó a que en este último año se alcanzara un total de 12,183 obreros, y que para entonces la maquiladora se hubiera convertido en la principal fuente económica nogalense. Para 1976, de las 36 maquiladoras que operaban en Nogales, un total de 17 se ubicaban en el parque y de éstas la mayoría no se basaban en Arizona.

En años subsecuentes continuaría este proceso de altibajos económicos en la maquiladora, siempre dictados por la situación económica estadounidense. Así ocurrió durante una depresión económica entre 1980 y 1982 que sería cansado particularizar, aunque más recientemente, otra bonanza de la maquiladora alrededor del 2000 llevó a que se alcanzara un volumen de casi 39,000 obreros que trabajaban en alrededor de 90 empresas. Y después, el 2003 nuevamente decayó tanto el número de empresas, a 73, como de obreros, a 25,540. Posteriormente, en 2010 se alcanzaba en Nogales un total de 31 mil empleos, y ya al acercarnos al día de hoy, durante el Foro Económico Binacional realizado aquí, en Nogales, durante este año, el mes de marzo de 2013, Roberto Moreno, Gerente General de Sonitronies, informó que en Nogales se le da actualmente empleo a alrededor de 35,000 obreros. Por otro lado, el éxito que alcanzó el parque industrial de PINSA llevó a la apertura de otros parques industriales más, dispersos en el tiempo y a lo largo de la geografía nogalense, entre los que se encuentran El Cid, la Ciudad Industrial de Nogales, San Carlos o Nuevo Nogales.

En resumen, las maquiladoras proporcionan empleos a mexicanos, aunque también se asocia su funcionamiento con desequilibrios cíclicos económicos. Hay caídas en el empleo y en la cantidad de maquiladoras ocasionadas por las depresiones de la economía estadounidense; o periodos de bonanza económica estadounidense que producen el crecimiento de demanda laboral, aunque al incrementarse la inmigración se ocasionan problemas sobre la infraestructura urbana nogalense, como escasez de vivienda que por ejemplo llevó al plan fallido de establecer dormitorios comunales para los obreros en 1984, además de invasiones que impiden el crecimiento ordenado nogalense, o bien de problemas de drenaje que producen contaminación ambiental, o de periodos de inestabilidad obrera, etcétera.

Sunday, May 26, 2013

Las maquiladoras y la población nogalense

El más importante resultado del Programa de Industrialización fronterizo, iniciado en 1965, fue el cambio de estructura de la economía nogalense que se había dirigido principalmente hacia el turismo, y que este programa reorientó hacia la industria maquiladora. Además de ello, también durante este último medio siglo ha ocurrido una verdadera explosión demográfica local, aunque todavía no conocemos sus  verdaderas causas o siquiera la verdadera dimensión de esta explosión.

Para empezar, es innegable que Nogales sufrió un enorme incremento en su población durante este último medio siglo, hecho reconocido aún por los censos nacionales que se realizan cada diez años, aunque si nos apoyamos en otros datos, también oficiales, nos vemos obligados a concluir que este crecimiento en población adolece de errores que merecen ser aclarados ambos, por un lado acerca de la población real de Nogales como también acerca de las verdaderas causas del crecimiento poblacional de esta frontera.

Así, según los censos, en 1960 la población urbana del municipio de Nogales era de poco más de 37 mil habitantes y para 1970 llegábamos a 52 mil nogalenses mientras que en 1980 alcanzábamos los 66 mil. Diez años después rondábamos los 106 mil habitantes, y el 2000 rebasábamos los 159 mil habitantes, para finalmente el 2010 sobrepasar los 212 mil nogalenses. Todas éstas son cifras censales oficiales.

Sin embargo, cuando cambiamos nuestro punto de vista y nos dirigimos a la población nogalense que se empleaba en las maquiladoras, empleo que generalmente es reconocido como causa de este enorme incremento en población de esta frontera, encontramos que entre 1970 y 1980 el número de obreros de maquiladora creció desde 3,000 a cerca de 13,000, o sea que más que se cuadruplicó, ésto a pesar de que según los censos durante esos mismos años la población nogalense total continuó creciendo linealmente, al mismo ritmo que lo había hecho durante los 30 años anteriores, o sea entre 13 y 14 mil habitantes por década.

Pero siguió el paso del tiempo, y durante la siguiente década, de 1980 a 1990, mientras que durante ese periodo de tiempo se rompió el crecimiento lineal de la población que se dedicada a trabajar en las maquiladoras nogalenses, ya que creció a un ritmo mayor, desde el crecimiento de 13,000 como lo había hecho anteriormente, a cerca de 20,000,  por otro lado tenemos, según el censo, que la población total de Nogales pegó un salto, incrementándose en 40,000. En otras palabras, ese censo de 1990 reconocía la explosión demográfica nogalense, además del hecho de que, aparentemente, la población de la maquiladora contribuía a esa explosión.

Sin embargo, durante la siguiente década, de 1990 a 2000, se revirtió la tendencia anterior, ya que mientras que la cantidad de obreros nogalenses pegó el mayor salto que ha tenido históricamente, en términos absolutos de 20,000 a cerca de 40,000 o sea el mismo crecimiento TOTAL en población que había tenido Nogales durante la década anterior, por otro lado la población total nogalense censada disminuyó su crecimiento, al incrementarse en menos de 54 mil. En otras palabras, aparentemente para entonces ya no era factor de influencia la población de las maquiladoras en los censos poblacionales totales de Nogales, y aparentemente a pesar de que continuara en incremento la población obrera Nogalense, el crecimiento de nuestra población total disminuyó.

En otras palabras, las cifras censales nos están diciendo que no existe correlación, que no hay una relación directa pues, entre el crecimiento en población de Nogales y el del número de obreros de la maquiladora, o lo que es lo mismo, que la maquiladora no ha sido el motor que atrajo a la población nogalense actual a esta frontera.

Frente a estadísticas como ésta cabe que nos preguntemos entonces: Si la maquiladora no fue la causa de esta enorme explosión demográfica nogalense ¿Cuál fue entonces la verdadera causa de ésta?

Al problema de definir los verdaderos motivos que tuvieron los actuales nogalenses para emigrar a esta frontera se le debe agregar el de que no se conoce con certidumbre la cantidad real de población con que cuenta esta frontera de Nogales. Un ejemplo notable de esta situación lo tenemos en el Plan de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Nogales, que probablemente fue el más bien realizado que se haya hecho sobre esta ciudad. Este Plan fue elaborado por una Secretaría del gobierno federal, la de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), en 1987. Pues bien, este Plan proyectaba que para el año del 2000 seríamos más de 365,000 los nogalenses. Y sin embargo y como también lo vimos, el censo del año 2000 nos asignó apenas una población de 159 mil habitantes, o sea MENOS DE LA MITAD de la población proyectada por el Plan de Desarrollo federal de nuestro municipio, realizado apenas trece años antes. ¿Es posible que se presentara esa diferencia tan abismal entre ambas cifras oficiales sobre nuestra población? ¿Porqué esa discrepancia tan grande entre las estadísticas de INEGI y las de SEDUE? ¿No merece que el gobierno federal intente darle una respuesta a esta incongruencia?

Resumiendo lo que hemos visto hasta hoy, ya vimos cómo el principal resultado del Programa Nacional Fronterizo en Nogales fue la adecuación de la vialidad urbana al uso del automóvil, e igualmente la facilitación del viaje de Sur a Norte dentro de esta ciudad que, debido a nuestra orografía y a diferencia de las demás fronteras mexicanas con Estados Unidos, ha crecido linealmente hacia el Sur.

Vimos, también, que a mediados de la década de 1960 se implementó el Programa de Industrialización Fronteriza, y que concurrentemente ocurrió la explosión poblacional urbana de este municipio. Sin embargo, todavía no contamos con estadísticas confiables que nos indiquen la dimensión real del enorme crecimiento poblacional nogalense por el que hemos pasado, o aún sobre sus verdaderas causas.