Sunday, June 24, 2012

Nogales y sus calles


Una de las ventajas que los habitantes de la región lograron de inmediato, gracias a la comunicación que ofreció el ferrocarril, fue que ya se podían comprar, desde Hermosillo hasta Tucsón, ostiones recién extraídos del Golfo de California en Guaymas. Y aunque originalmente se creyó que las líneas de diligencias serían reemplazadas por el tren, en realidad no sucedió así, ya que el ferrocarril cobraba más del doble. Un boleto en diligencia desde Tucsón hasta la frontera costaba $7 dlls, aunque muchos de los pasajeros preferían pagar $6 y detenerse en el nuevo hotel Santa Rita, de Calabazas (actual Río Rico), donde por algunos meses estuvo la aduana estadounidense y allí comer para luego hospedarse en uno de los cuartos de esa construcción de ladrillo de dos niveles, maravillándose con las comodidades que ofrecía la modernidad como agua corriente y timbres eléctricos en cada habitación. Y en sentido contrario, diariamente partía de Guaymas un tren que de inmediato fue bautizado como El Emigrante, el que después de cruzar la frontera, llegaba a la aduana estadounidense en Calabazas, para luego continuar a Benson, Arizona, en donde los pasajeros transbordaban a otro para dirigirse ya fuera al Este, al Paso, y de allí ir también por ferrocarril al centro de México, o bien al Oeste, a Tucsón o San Francisco.

El impacto que trajo el ferrocarril sobre la fauna nativa fue enorme. Las noticias abundaban de osos que huían al sentir que se aproximaba el tren, y de la misma manera se multiplicaron los casos de oseznos que fueron atrapados y conservados como mascotas, ya fuera en Nogales o en Tucsón.

Plano de Nogales de 1884
Nogales, para entonces, era un dinámico asentamiento de más de cien carpas. El plano original de Ambos Nogales, como ya vimos en el artículo anterior, fue realizado en 1884 por los ingenieros Ignacio Bonillas y Chas Herbert para acompañar al contrato de adquisición del terreno que establecía el fundo legal de la población fronteriza sonorense. Al verlo, de inmediato salta a la vista que los ingenieros intentaron acomodar las dos nuevas poblaciones alrededor de los terrenos que ya había adquirido el ferrocarril, cuya línea había sido inaugurada dos años antes, en 1882; una vía férrea que corre a lo largo de la cañada de Los Nogales, en Sonora en una dirección general de Sur a Norte, aunque unos metros antes de alcanzar la frontera tuerce hacia el Noreste para continuar en Arizona la cañada que sigue con ese mismo rumbo.

Las calles que fueron diseñadas de Sur a Norte en ambas poblaciones, según el plano continuarían ininterrumpidas a través de la frontera, como si la orografía no se interpusiera en su trazo ni existiera la línea como se le llamaba en Sonora o “the line” en Arizona. Así, se diseñaron calles que separarían cuadras que a su vez se hallaban partidas en dos por callejones de servicio. Cabe agregar que los nombres adoptados entonces para la población del lado sonorense resultaron ser los definitivos, mientras que los de sus continuaciones en Arizona, aunque conservaron el trazo definido en ese plano, cambiaron de nombre poco después.

Así, en la población sonorense, como principales calles de Sur a Norte tenemos a la Calle de los Ingenieros, la de Arizpe (cuyo nombre le fue cambiado por el de Obregón después del asesinato del presidente electo), la calle de Juárez y la de Pesqueira, mientras que sus continuaciones del lado arizonense recibieron los de Nelson, Hampson y Early, las que poco después fueron cambiadas por West, Sonoita y Terrace.

Además, se planeó una calle principal que atravesaría toda la población de Sur a Norte, al Este de la vía férrea, que llevaría el nombre de Calle de Elías del lado sonorense y Calle Morley en el arizonense. Pero la orografía y demás condiciones locales se impusieron al final, ya que en Nogales, Sonora, el nombre de calle de Elías le fue asignado únicamente a la callecita que aún hoy lleva ese nombre.

Cantina de Brickwood y la mojonera de piedras
Por otro lado, a lo largo de la frontera, del lado sonorense, se encontraba la Calle Camou (actual Internacional) que separaba a los edificios sonorenses de la frontera misma, mientras que en el lado arizonense aún no había calle Internacional por lo que sus construcciones se aglomeraban sobre la frontera misma, a tal grado que se decía que la pintura de sus paredes se encontraba en México.

Se dio el caso, por ejemplo, que la cantina de Brickwood tuviera una caja colgada del corredor, que estaba ya en Sonora, y así su dueño podía evadir el pago de impuestos sobre los cigarros que Brickwood vendía en su negocio, situado en Arizona. Esta cantina tenía también un nicho para acomodar la mojonera de piedras erigida en 1855 para definir la línea, mojonera que hoy corresponde al Monumento Internacional Número 122, situado unos pasos al Oeste de la garita peatonal, del callejón Elías.

Sunday, June 17, 2012

El Contrato del Fundo Legal de Nogales


Según vimos en el artículo anterior de esta serie, la ley No 29, publicada el 11 de julio de 1884, fundó a nuestra población y Municipio de Nogales, y en su segunda cláusula facultaba al Gobernador del Estado “para que arregle” con los dueños del rancho Los Nogales la adquisición del terreno necesario “para facilitar el progreso de la citada municipalidad.”  Los ingenieros Ignacio Bonillas y Charles Herbert fueron contratados para que diseñaran el plano de ambas poblaciones hermanas, Nogales, Sonora, y Nogales, Arizona, divididas por la frontera internacional, y el día 28 de agosto de ese mismo año acudía Conrado Aguirre desde Magdalena, donde vivía, al Palacio de Gobierno del Estado, en Hermosillo, a reunirse con el Gobernador del Estado, y allí se encontró también con el Sr. José Camou, quien vivía en Hermosillo. Aguirre iba en representación de los condueños de la mitad del terreno de Los Nogales: Ana Salazar vda. de Elías, Carmen Elías su mujer, su cuñado Antonio Campillo y Don José Pierson; mientras que Camou representaba la otra mitad, que le pertenecía.

Ya en la reunión con el Ejecutivo del Estado acordaron que los condueños harían “cesión perpetua e irrevocable al gobierno del Estado de Sonora de un terreno cuadrado de mil doscientas varas por lado … para el fundo legal de la población…” aunque se reservaron algunos lotes que ya habían vendido a diversas personas, así como otros más que conservarían para sí mismos en la población nogalense.  Por otro lado, y para compensar el terreno que los condueños le habían vendido ya al ferrocarril, se estipuló que se tomaría “además del cuadrado de 1,200 varas por lado, 100 varas más, por alguno de los lados y en todo el largo de éste, pudiendo el Ayuntamiento tomarlas por el que estime conveniente.” Posteriormente, siguiendo esta estipulación, fueron medidas 100 varas más del lado sur del terreno con lo que el Fundo Legal quedó finalmente delimitado en forma de rectángulo que iba desde la frontera hasta el actual callejón Ramos.



Nogales, Arizona, por otro lado, no contaba por entonces con la certeza jurídica de la posesión del terreno en que se asentaría esa población arizonense, debido a que Don José Camou y demás dueños, que para entonces habían comprado ese terreno, apelaron ante la justicia estadounidense su pertenencia en Arizona del Rancho Los Nogales. De cualquier manera, el 21 de julio de 1893 la Mesa de Supervisores del Condado de Pima, ya que aún no nacía el Condado de Santa Cruz, firmaron los papeles para incorporar Nogales, Arizona, aunque una de las acostumbradas tormentas veraniegas de esta región causó una inundación que impidió que los nuevos Nogalenses de Arizona pudieran asistir a la ceremonia que se realizó en Tucsón.  Esta tormenta, sin embargo, no fue un impedimento para que participaran en la ceremonia, ya que  los Supervisores la repitieron el día siguiente, cuando el río Santa Cruz había bajado, y así la fecha oficial del nacimiento de la municipalidad de Nogales, Arizona, quedó para la posteridad como el día 22. Tres años después la Suprema Corte de Justicia de los EEUU invalidaba la reclamación de Camou, y así la vecina población pudo tener posesión del terreno en que se asentaba esa población. El Condado de Santa Cruz, por otro lado, nacería al ser segregado del de Pima el 15 de marzo de 1899.

Nogales, Sonora, tuvo desde su nacimiento un enorme crecimiento. En diciembre de ese mismo año de 1884 era fundada  la primera agencia aduanal nogalense, de Próspero Sandoval, y el año siguiente, Manuel Mascareñas adquiría la cercana Hacienda de Santa Bárbara, en las márgenes del río Santa Cruz, al Este de la nueva población, la que de esta manera se agregó a las otras dos que ya existían en el Municipio, Cíbuta de Don José Pierson, y La Arizona de Guillermo Barnett.

Para inicios de 1887, Nogales, Sonora, alcanzaba 886 habitantes, mientras que en el Municipio se llegaba a 1,484, a la vez que nuestra población hermana tenía 400 habitantes. Diez años después eran 1,296 los nogalenses del poblado sonorense, y 1,810 los habitantes del municipio (puedes ver la historia del crecimiento en población de Nogales, aquí). Este era un anticipo del enorme crecimiento que tendría en adelante Nogales hasta llegar a ser lo que es hoy: el principal puerto internacional de Sonora.

Sin embargo, ese verano de 1884, al ser rubricado el Contrato para establecer el Fundo Legal de Nogales, Sonora, nadie podía prever lo que traería el futuro. Así fue cómo, después de haber firmado los documentos necesarios de cesión del terreno para establecer el Fundo Legal de la nueva población sonorense, Conrado Aguirre regresó a Magdalena a darle la noticia a su esposa, Carmen Elías, así como a su suegra, Ana Salazar, entonces ya viuda de José Elías, quien fuera el denunciante original del rancho, y a los demás condueños, de que nacía un poblado en la cañada que atraviesa la frontera, poblado que al igual que el antiguo rancho del lugar, también se llamaría Nogales.


Sunday, June 10, 2012

Nogales es fundado


La mojonera limítrofe, erigida en 1855
Y así llegamos al momento de la fundación de Nogales, aunque antes debo explicar sus antecedentes: el incremento del comercio internacional por la cañada del rancho del mismo nombre  gracias a la paz porfiriana había llevado al establecimiento de aduanas fronterizas como la de Nogales y a la inauguración del Ferrocarril de Sonora en esta cañada empezando la década de 1880, a un lado de la mojonera de piedras que marcaba la frontera establecida por el Tratado de la Mesilla. Mojonera que había sido erigida en mayo de 1855 y que dividía en dos naciones el terreno del rancho Los Nogales, que databa de 1841.

Límites del Rancho Los Nogales
Este rancho abarcaba desde el actual puente sobre el ferrocarril del Puerto de Encinas, ubacado al Sur del actual Nogales, Sonora, hasta terminar por el Norte “por el camino que va… al Presidio de Tubac… en el camino, en una meseta alta, donde da fin un amplio cajón que baja de las montañas Pajarito". Es decir, en el actual Nogales, Arizona, en la confluencia de las avenidas Grand y Mariposa, cerca del edificio del complejo del Condado de Santa Cruz, ninguno de los cuales existía obviamente entonces, y en territorio que aún le pertenecía a México.

Después de la inauguración del ferrocarril, terminando diciembre de 1882 había sido concluido el edificio más notable hasta entonces del lugar, la estación ferroviaria. Era una construcción de madera de dos niveles situada exactamente sobre la frontera a un lado de la vía férrea, parte del edificio en México y parte en los Estados Unidos. Además, adosado a su extremo sur fue construido otro más de madera, mucho más pequeño y que constituía la aduana de Nogales, Sonora.

El año siguiente, 1883, el terreno en donde surgiría esta población era todavía un rancho cuya dueña era Ana Salazar, para entonces viuda del denunciante original, José Elías, además de sus hijos y descendientes y de otros condueños, José Camou y José Pierson, quienes habían adquirido partes indivisas del rancho Los Nogales, mientras que parte del rancho que se encontraba en Estados Unidos había sido adquirido por Frank Ely y George Howard. Fue entonces cuando, además de los terrenos en Sonora que ya había adquirido el ferrocarril, alrededor de esa mojonera de piedras se fue estableciendo, como vimos en el artículo anterior, gente que vivía en “pequeños jacales” según ellos mismos los describieron cuando le pidieron ayuda al gobierno del Estado para poder adquirir “un pedazo de tierra” en el lugar, ya que consideraban “que al Estado en particular y al país en general, les es de todo punto indispensable tener en este lugar una población respetable, por ser este en el que está la línea divisoria entre las dos naciones.” 

En respuesta a esta petición que, como vemos únicamente fue para poder comprar los terrenos para hacer sus casas, el Congreso del Estado aprobó el día 9 de julio de 1884 el Decreto No. 29, mismo que fue firmado por el Gobernador Luis Emeterio Torres un día después y publicado en el periódico oficial el día 11, y que tenía dos artículos. El primero, el más importante, le daba existencia legal a la entidad nogalense al erigirla como municipalidad, mientras que el segundo respondía a la petición de poder adquirir terrenos, ya que facultaba al Ejecutivo para que arreglara con los dueños del rancho “la adquisición de solares y de todas las ventajas que sean necesarias para facilitar el progreso de la expresada municipalidad.”

Debo agregar que por entonces, en el actual Nogales, Arizona, no había nada. En 1880, al mismo tiempo que era inaugurada la aduana del lado mexicano de la frontera, Jacobo Isaacson había establecido una agencia postal en el lado estadounidense, de donde algunos creen erróneamente que es el origen del Nogales arizonense, aunque una estación postal no es una población.

El proyecto de Calabazas de Sykes
Al mismo tiempo, el dueño de Calabazas (actual Río Rico), C. P. Sykes,  tenía la esperanza de que la aduana estadounidense fuera ubicada en Calabazas para beneficiar el desarrollo de esa región que era de su propiedad, aunque al final Nogales ganó ya que estaba ubicado sobre la frontera misma. Para dar una idea de su proyecto,acudamos a un sardónico artículo ttitulado Clásicos de Calabazas que apareció en el periódico Tombstone Epitaph: "Lleno de magníficos dibujos que representaban al rugiente río Santa Cruz en crecida, con barcos de vapor y pesados botes en los muelles descargando, mientras que en la distancia se alcanza a divisar el humo de una docena de hornos con vivaces locomotoras acarreando [mineral?] a los numerosos molinos."

Por otro lado, la Municipalidad de Nogales Arizona tendría que esperar al 21 de julio de 1893 para ser establecida, aún cuando para entonces se habían erigido múltiples construcciones en el poblado arizonense, a pesar de que los dueños del terreno, Frank Ely, Juan Pedro Camou y George Howard, acudieron a los tribunales estadounidenses reclamando el reconocimiento legal de su posesión,  y no fue sino hasta que la Suprema Corte de Justicia estadounidense declaró inválida esa reclamación el 2 de marzo de 1896 que se pudieron ya vender y comprar legalmente lotes en el poblado arizonense.

Sunday, June 3, 2012

En Vísperas de la fundación de Nogales


En el artículo anterior de esta serie cubrimos la inauguración del Ferrocarril de Sonora en el entonces rancho de Los Nogales. Eso me lleva a explicar que a pesar de que se sostenga que Nogales tuvo su origen ya sea el 2 de agosto de 1880 al establecerse la aduana, o bien el 25 de octubre de 1882 al inaugurarse el ferrocarril, en verdad ninguna de esas fechas corresponde a la fundación de la población de Nogales, como se demuestra  en este artículo.

Días antes de la inauguración del ferrocarril, el 12 de octubre de 1882 el Cónsul de México en Tucsón informaba que en la frontera, en el punto en que el tren aún hoy la cruza, había surgido un campamento formado por sus trabajadores, "el que indudablemente van a abandonar tan pronto como termine el trabajo,” y hasta explicaba el porqué: no había agua en el lugar, ya que la que se consumía localmente era llevada por tren o extraída de algunos pozos locales. Era un campamento de 18 carpas que se extendía de Este a Oeste desde la vía férrea hasta la actual calle Obregón, y de poco más al Norte de la frontera hasta tal vez el callejón Ochoa por el Sur. Obvia decir que estas calles aún no existían y sólo las menciono como referencia.

Además, gracias a la descripción de un antropólogo holandés, Herman Ten Kate, quien visitó poco después el Sur de Arizona y Norte de Sonora, podemos saber cómo era Nogales entonces. Después de visitar Tucsón y la iglesia de San Xavier del Bac, Kate tomó el ferrocarril para dirigirse a Sonora y llegó a Los Nogales a las 9 de la noche del 10 de enero de 1883. Su sombría descripción del lugar indudablemente fue influenciada por la luna nueva de esa noche, a la tenue luminosidad de las lámparas de petróleo de las tiendas de campaña que apenas lograba romper la obscuridad de la cañada nogalense y al impacto que debió causarle el percibir una cultura diferente a la propia, delimitada por una línea entonces invisible, la frontera. Así escribió:

“Siguiendo el reflejo de las tiendas iluminadas que veo desde una corta distancia de la estación, me dirijo hacia allá y en un corto tiempo estoy sentado para tener una frugal cena que me pone enfrente un tipo al que le cuelga, despeinado, el cabello. Luego de cenar me fijo mejor en el sitio y veo que Nogales consiste únicamente en un grupo de tiendas de lona, la mitad de las cuales son bares y “restaurantes.” Entro después a una de esas carpas para ver más de cerca. Aproximadamente veinte hombres bronceados con rasgos salvajes, con sombreros de ala ancha en sus cabezas y arropados en sus coloridos sarapes se encuentran de pie o sentados alrededor de las mesas de juego. Otros, sentados en banquitos o barriles vacíos fuman sus cigarros, mientras que otros más beben mescal o whiskey que les ofrece el cantinero y escuchan los acordes, a veces soñadores y a veces apasionados de una guitarra. Todo se encuentra iluminado por el tenue brillo de un par de antorchas humeantes que han sido amarradas a los postes de la tienda…”


“Continúo mi caminata nocturna y encuentro a los mexicanos sentados, silenciosos, alrededor de las fogatas parpadeantes que arden frente a sus tiendas, aunque los enojados perros me hacen el paseo tan difícil que abandono mi caminar por Nogales y me siento en el suelo frente a la pequeña estación de madera del tren, ya que adentro no hay ni sillas ni mesas. Absorto en mis pensamientos, observo el paso de las estrellas a lo largo de las obscuras siluetas del cerro cercano hasta que llega la hora de abordar el tren que me llevará a Hermosillo…”

Obviamente, el “cerro cercano” era el acantilado de la calle Elías, y Tate se refiere a la primera estación ferroviaria que tuvo Nogales: un pequeño cuarto de madera, situado a unos metros más al Sur de donde la vía del tren cruza la frontera.

Pero no fue esa la única ocasión en que Kate pasó por Nogales. Meses después volvió, ahora de regreso de Hermosillo rumbo a Arizona, y de éste suceso también nos heredó otra mención que por lo somera nos deja con más dudas que respuestas: “El 9 de abril parto de Hermosillo por tren y en la siguiente mañana, doce horas más tarde me bajo en la estación fronteriza en Calabazas.”

Así, surge espontánea la pregunta: ¿Por qué menciona Kate la estación fronteriza de Calabazas y no la de Nogales? Las posibilidades son muchas. De cualquier manera, lo que había aquí a su regreso no mereció un comentario del antropólogo. En el próximo artículo escribiré sobre la fundación de Nogales, el 11 de julio de 1884, es decir, al año siguiente de los hechos narrados en este texto.