Sunday, April 1, 2012

Mátape

Al fin puedo atender peticiones, por lo que cubro el siguiente tema: Mátape, un pequeño poblado ubicado en el centro de Sonora; lugar donde confluyen las regiones situadas más al Sur con los asentamientos de los ríos San Miguel y Sonora hacia el norte; sitio que formó parte de una antiquísima ruta comercial que en la década de 1530 seguiría Cabeza de Vaca en su odisea para regresar al mundo colonizado por los europeos; región que conocimos como Opatería, palabra que no existió en su lenguaje nativo, aunque a finales del siglo XVII los españoles decidieron catalogar así a los diversos grupos humanos de esa zona: Teguimas, Eudeves y otros.

El Padre Andrés Pérez de Rivas escribió de memoria, 20 años después de los hechos, un libro titulado “Historia de los Triunfos de la Santa Fe.” En él menciona a un cacique de Sahuaripa, Sisibotari, a quien actualmente se le ha intentado atribuir una influencia regional, extendiéndola por toda la Opatería y aún hasta el río de Sonora; recordemos, sin embargo, que los nativos no tuvieron una identidad política y en consecuencia el área de influencia de estos caciques no se extendía más allá de su inmediatez geográfica.

El Padre Pedro Bueno, quien probablemente llegó a Mátape en la década de 1630,  terminó un templo en 1646 que 30 años después era descrito como “una de las iglesias más hermosas y espaciosas de la provincia, un edificio con tres naves y varios altares. Posee finas obras de arte, sus ornamentos son de los más ricos y sus cálices y adornos del altar principal son de plata forjada.” Además, durante su administración fue establecida una pequeña escuela en el lugar.

Bueno sería sucedido por Daniel Angelo Marras en 1656, y bajo él la escuela alcanzó el rango de un colegio incoado; es decir, un centro de enseñanza al que algo le faltaba para ser colegio completo. No se conocen sus planes de estudios aunque se enseñaba allí a leer y escribir, a tocar instrumentos musicales como el arpa y guitarra, actividades manuales como carpintería, sastrería, zapatería o la curtiduría de pieles, además de hilar y tejer; y aunque erróneamente se piensa que fue el único, la verdad es que en Oposura fue establecido otro colegio en 1680.

Por entonces, la misión de Mátape era de las principales del actual Sonora. El Padre Marras explotaba la agricultura regional y a él se debe la introducción de la ganadería masiva a Sonora ya que incrementó el hato ganadero de su misión de unas 600 cabezas que había a su llegada a unas 50,000 cuando partió; como manifestación de la riqueza de su misión, estableció una corrida anual de unas 5,000 cabezas de ganado que eran llevadas a Sinaloa para embarcarlas y venderlas en la ciudad de México. Además, esclavos no indígenas le ayudaron a formar un monopolio de venta de productos agrícolas, ya que sus precios eran más bajos que los de sus competidores españoles, y además llegó a poseer dos minas y una refinería de metales, aún en contra de los preceptos jesuíticos bajo el argumento de la necesidad de sostener el Colegio.

Para 1678 le asistía Juan Osorio, quien en 1683 se convirtió en rector del colegio y misionero del distrito, y de allí en adelante Mátape requirió de dos ministros, uno para la misión y sus visitas, y otro para el colegio; mientras, la fundición no duró mucho, ya que los superiores jesuitas ordenaron en 1695 cerrarla.
Alrededor de 1726 llegaba Cayetano Guerrero quien construyó una hermosa iglesia a la Virgen de Loreto, adjunta al templo principal, y su sucesor, Guillermo Borio, quien serviría allí hasta su muerte en 1763, adornó profusamente tanto al templo como la capilla con costosas pinturas, decoraciones de plata y cálices de oro. Mientras, los métodos de financiamiento de sus misioneros continuaron siendo atacados porque tenían una tienda que ofrecía productos a precios más bajos que los importados por los europeos. Esta situación duró hasta que sus últimos jesuitas, Miguel Almela y Jacobo Sedelmayr, recibieron la prohibición expresa de operarla.

Al recibirse el Real Decreto de expulsión, 51 jesuitas fueron reunidos en Mátape, se les leyó la orden de exilio de los dominios españoles, fueron puestos en prisión y enviados a Guaymas para embarcarlos a Europa. Y a diferencia de las misiones de la Pimería, allí no serían reemplazados por Franciscanos sino que la antigua misión fue secularizada. Por entonces, Mátape poseía una extensa biblioteca que desafortunadamente desapareció durante la revolución mexicana.

Continuaría la influencia de la Ilustración, y en 1867 a Mátape se le cambió el nombre por el de Villa Pesqueira; de cualquier manera, la tradición educativa del lugar se conservó a través del tiempo: el año pasado de 2011 su escuela primaria, Benito Juárez y sus 76 alumnos, fue calificada como la mejor de Sonora.

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