Sunday, April 8, 2012

Los meteoritos

Un Cronista debe de conocer y hablar de la mayoría de los temas de su región, no únicamente la historia de los grandes hechos sino los sucesos comunes o de la naturaleza. Motiva esta explicación el tema que cubriré en esta ocasión, los meteoritos: esas rocas que se originan en el espacio y viajan a grandes velocidades para chocar algunas veces con la atmósfera terrestre y, dependiendo de su velocidad y ángulo de caída, la fricción con ésta las calienta al grado de volverlas incandescentes y que a veces vayan dejando estelas tras de s[i. Cuando alcanzan a caer a tierra se les llama meteoritos y cuando no lo logran se les llama bólidos, los que se pueden desintegrar en las alturas o bien regresar al espacio de donde provienen. Son muchos los meteoritos que caen diariamente a la tierra aunque muy pocos los que logran ser vistos por el ser humano.

Durante los primeros años de Nogales cruzó el cielo del norte de Sonora uno de estos bólidos. El explorador noruego Carl Lumholtz lo vió y nos narra su experiencia: Cierto día se encontraban en el desierto de Sonora, al Norte de Caborca, preparándose para cenar, cuando las exclamaciones de la gente interrumpieron las preparaciones: “Mira, mira!”  Dirigieron la mirada hacia el cielo del norte y vieron “una bola grande con una larga cola que cruzaba lenta y majestuosamente los cielos, más o menos de Oeste a Este. Su color era blanco azuloso al inicio y su tamaño aparente de la sexta parte de la luna llena mientras que la cola extremadamente larga parecería que medía como seis pulgadas si uno estuviera cerca. A nuestra vista, el meteoro se movía tan lentamente que fácilmente podría ser fotografiado. Gradualmente se fue haciendo más y más pequeño, tanto el cuerpo como la cola, la cual desapareció primero y luego el globo mismo, que ahora era rojo amarillento, explotó en dos piezas de las que la más pequeña se dirigió hacia arriba.”

Y después de la descripción de este fenómeno, Lumholtz agregó lo siguiente: “El Sr. Bonillas, geólogo, poco tiempo antes había visto otro del mismo tamaño a las tres de la tarde en Nogales.” Primero, un estampido había hecho que la gente saliera asustada de sus casas y, al dirigir la mirada al cielo, habían visto un bólido que en forma aparente, lentamente atravesaba las alturas.

El meteorito de Carbo
En Sonora se tiene el registro de cinco grandes meteoritos aunque no se ha presenciado la caída de ninguno (más sobre este asunto más adelante). El mayor de todos cayó en alguna fecha desconocida en las cercanías del rancho El Alamo, a unos 60 Kilómetros al oeste de Carbó. Consiste en una pieza de hierro con un peso aproximado de media tonelada y fue descubierto en 1923 por vaqueros de ese rancho. Otro más es el de Arizpe, que fue descubierto en 1896 a unos 24 kilómetros al NW de esa población y tenía un peso aproximado de 123.3 kilos, aunque parece ser que es el resultado de un meteorito que se desintegró en el aire, ya que para entonces habían sido halladas otras piezas más del mismo; entre otras, a unos 40 km. al NW de esa población en 1896 fueron encontradas dos, de 52.6 y 9.1 kilogramos respectivamente. Tenemos también el descubierto en 1903 a unos 40 kilómetros al Este de Cumpas con un peso de 28.6 kilogramos mientras que otro más fue el descubierto en 1973 cerca de Puerto Libertad, que tenía un peso de 6 kilos, y finalmente el de Moctezuma, que fuera descubierto en 1889, con un peso de 1.7 kilogramos.

Un meteoro
Por otro lado, la caída meteórica que más impacto mundial ha causado ocurrió a la 1:05 de la mañana del 8 de febrero de 1969, cuando un meteorito al caer sobre el Estado de Chihuahua se fue desintegrando y dejando caer rocas. piezas de meteorito, sobre una superficie de unos 50 kilómetros de largo por 8 de ancho, alrededor del pueblito de Allende. Es posible que nunca se sepa el peso original que tenía este cuerpo celeste, ya que aún hoy se siguen descubriendo partes del mismo, aunque se estima que tendría el tamaño aproximado de un automóvil y que viajaba a unos 15 kilómetros por segundo.  Se ha calculado la edad de la roca que lo formaba, y se ha encontrado que es más vieja aún que nuestro planeta y unos dos millones de años más antigua que nuestro sistema planetario.

Al que escribe estas notas le tocó presenciar un bólido a eso de las 10 de la mañana del sábado 23 de agosto del 2008. Me encontraba en un rancho cerca de Banámichi, Sonora, cuando un vaquero empezó a señalar al cielo. Un bólido que se desplazaba aparentemente en forma lenta de Oeste a Este iba dando vueltas en las alturas y dejando detrás una enorme estela, hasta que desapareció tras el horizonte. En el cercano Banámichi ocasionó un estruendo que rompió varios vidrios; y días después, visitando otro rancho al norte de Cucurpe, los vaqueros me dijeron que también lo habían visto cruzar el cielo. De este bólido existe una constancia periodística, ya que también en Tucsón, Arizona, fue visto varias personas. El periódico Arizona Daily Star incluye esta noticia:  "Un bólido atravesó el sur del cielo de Tucsón a plena luz de la mañana del sábado, sorprendiendo e inspirando a quienes lo vieron... Richard Dougall, coordinador de prestamos de equipo de la Asociación Amateur Astronómica de Tucsón, dijo que quedó maravillado al ver el meteoro cuando se dirigía en auto hacia el Sur por la Calle Kolb. "He estado en el paraíso toda la mañana (por esa experiencia)" agregó. Tenía el brillo color naranja-rojizo de las luces de bengala, y calculó que probablemente cruzaría a unas 200 o 300 millas hacia el sur, probablemente más, aunque siempre es difícil calcular esas distancias."

Y aquí terminaba este artículo, pero recibí una comunicación de un amigo de Guaymas, Sonora, Horacio Vázquez del Mercado, quien después de leerlo, me envía una nota periodística en la que se menciona que sí fue vista la caída de un meteorito cerca de Guaymas en 1963, cuando unos pescadores lo vieron caer, y además, lo recuperaron. Después de recuperarlo, este meteorito se mantuvo en exhibición en un museo que algunos ciudadanos guaymenses interesados en la historia formaron en el puerto guaymense, hasta que fue cerrado. Incluyo la nota periodística que menciona el hecho misma que me fue enviada por Horacio, la que prueba que yo estaba equivocado al suponer que nunca había sido vista la caída de un meteorito en nuestra entidad:



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