Sunday, December 30, 2012

Cananea entre 1901 y 1905


Según vimos ya en los artículos anteriores de esta serie, el mecanismo de Greene para capitalizar el desarrollo de sus empresas era conseguir préstamos y con ellos pagar el “enganche” para iniciarlas, y después, con los ingresos que se lograran, ir cubriendo los dividendos a los inversionistas a la vez que se iba pagando a los dueños de los terrenos o minas.

Sin embargo, hubo algunas inversiones que no redundaron en beneficios, como el caso de los tractores adquiridos para transportar productos a Cananea desde la frontera, que no funcionaron sobre el terreno de la región, ya que se atascaban en el lodo.

También estaba el ferrocarril de vía angosta a Puertecitos que tampoco trajo grandes beneficios para la compañía a pesar de su costo. Por ejemplo, se operaban alrededor de 20 trenes diarios de mineral entre las minas como Capote y la fundición, que estaban situadas sobre terreno más o menos plano, y así fue cómo  las minas Veta Grande, Capote y Oversight produjeron casi 800 mil toneladas de mineral para 1905.

Y si comparamos con esta producción la de las minas situadas más arriba de la sierra de Cananea, que eran manejadas a través del ferrocarril de Puertecitos, que era de una ruta difícil, tenemos que las cubrían apenas dos trenes diarios y producían generalmente entre 3 y 4 góndolas diarias de mineral.

Ferrocarril de vía angosta, Cananea a Puertecitos

El ferrocarril a Puertecitos, debido a lo quebrado del terreno y altura que se tenía que alcanzar, cubría una distancia que en línea recta era de sólo once kilómetros en 24, con pendientes máximas de más del 5%, y más del 85% de la ruta con curvas de más de 30 grados.

Como resultado, mientras que los gastos de operación del ferrocarril de vía angosta a Puertecitos para 1906, cuando ya se había logrado desarrollarlo totalmente, fueron de poco más de $202 mil dólares por otro lado los ingresos del mismo y para el mismo periodo fueron apenas de $121 mil dólares.

Además estaban los accidentes producidos en ese tramo del ferrocarril a Puertecitos, como el ocurrido a fines de 1902 cuando seis góndolas de mineral se descarrilaron al escapársele al maquinista;  aunque no fue éste el único ya que hubo otros y más graves. Por ejemplo, el accidente ocurrido el 1 de marzo de 1903 que ocasionó la muerte del cambiavías John Madden y del empleado O. E. Foubre. Sin embargo, el mayor accidente ocurrió en la fundición con la muerte de los mineros Gerónimo Fontes y Manuel Encinas, cuando no fue detenido a tiempo el ferrocarril con los desechos de la fundición al final de la vía, y como consecuencia la locomotora que transportaba a cinco góndolas de desecho fundido se precipitaron por la pendiente, sepultando a Fontes y Encinas bajo el material candente. Según lo reportó el Heraldo de Cananea: “es casi cierto, y por razones caritativas deseable, que las dos desafortunadas víctimas hayan muerto instantáneamente.”

Otro problema recurrente al que se tenía que enfrentar Greene era a los intentos de distintos grupos para quitarle el control de la compañía. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando un grupo de inversionistas, Thomas Gates, F. H. Ray y  Edwin Hawley, quienes gracias a sus inversiones en Cananea habían logrado ser parte de la mesa directiva de la compañía junto con Greene, contrataron a Anson Burchard como Vicepresidente de la Compañía. Burchard de inmediato se puso a analizar la operación de la mina en Cananea, y entre sus hallazgos estuvo el que Greene pagaba los mejores sueldos en México.

Así fue cómo, empezando 1903, los maquinistas estadounidenses del ferrocarril a Puertecitos, que eran miembros de la Hermandad de Maquinistas y recibían un sobresueldo del 25% por trabajo peligroso en esa ruta, recibieron la noticia de que de inmediato serían cancelados esos sobresueldos y reducidas sus horas de trabajo, de 12 a 10 horas diarias. Como resultado del bloqueo subsecuente, toda la planta tuvo que suspender operaciones, lo que le costó $15,000 dólares diarios a la CCCC. Y para intentar resolver el problema, de inmediato se contrataron más maquinistas, aunque los que llegaron, al saber lo que había sucedido de inmediato renunciaron también. Como resultado, Burchard tuvo que extender el plazo de terminación del pago de sobresueldo hasta febrero.

Estos problemas ocasionados por los intentos de Burchard para hacer más eficiente el funcionamiento de la mina fueron aprovechados por inversionistas como Gates, Ray y Hawley, quienes además de adquirir a Burchard también contrataron a John Farish, de Denver, a que realizara un análisis independiente de la operación de la mina; y de inmediato empezaron a vender grandes cantidades de acciones de la compañía.

Cuando se hizo público, el reporte decía que la mina estaba casi agotada, lo que trajo como consecuencia que el precio de las acciones se vinieran abajo. Poco después estaba planeada la sesión de accionistas de la compañía, por lo que el plan de este grupo era vender primero y cuando los precios de las acciones alcanzaran su mínimo valor, adquirirlas nuevamente y así lograr el control de la compañía. Sin embargo, Greene consiguió el apoyo del Dr. James Douglas, de la compañía Phelps Dodge que operaba la mina de Nacozari, y con el millón de dólares que éste le facilitó logró expulsar a sus cuatro oponentes, recuperando, así, el control de la mina de Cananea.


Sunday, December 23, 2012

Años de bonanza en Cananea


El mineral de Cananea sería desarrollado y en enero de 1901, gracias a la conclusión de un horno, de inmediato se incrementó la producción de cobre. Al mismo tiempo nacía el poblado de Cananea, no siguiendo la tradición histórica mexicana de establecer un Fundo Legal, territorio público que sirviera para que allí se estableciera la población, sino como una propiedad privada perteneciente a Greene.

George Perkins
En 1885, el Senador de California, George C. Perkins, y otros, habían comprado un millón de hectáreas en esa región con la intención de dedicarlas a la ganadería, aunque nunca las trabajaron, y empezando 1901 Greene adquirió esa posesión.

Por entonces había dos poblados allí: Cananea Vieja y El Ronquillo y ambos tenían una población total de unos 3,500 habitantes, aunque gracias al desarrollo que había traído la minería, la primavera de 1902 se alcanzaban 12,000. El problema que tenían era que estaban ubicados sobre terreno quebrado, y además dentro del terreno de la compañía minera.

Para resolver esa situación, Greene ordenó trazar las calles de un nuevo poblado sobre la mesa norte, como se le llama, que es una planicie elevada que se extiende hacia el Este de la fundición, y así alejarlo del quebrado terreno del Ronquillo y Cananea Vieja, y el Congreso de Sonora decretó su fundación el 13 de octubre de 1901.

El poblado inicial de Cananea sobre una imagen actual
Era un poblado “privado” en terrenos de William Cornell Greene, quien donó los lotes necesarios para construir la infraestructura social y que el municipio tuviera para vender.

El resto lo conservó Greene como propiedad privada y allí construyó su mansión en el extremo oeste de la mesa, en la orilla que dominaba la cañada del Ronquillo y Cananea Vieja, este último poblado que fue obligado a ser desmantelado ya que ocupaba terrenos de la compañía.

El banco de Cananea fue inaugurado en enero de 1902, el hospital y el hotel Sonora en septiembre, los bomberos en noviembre y el rastro en diciembre.  Los acompañaría la tienda de la compañía, el hospital y la escuela con 246 alumnos, así como el cementerio, la cárcel y la presidencia municipal.

Sin embargo, el mecanismo diseñado para la asignación de lotes, alejado de la tradición histórica y cultural mexicana, causó fricciones de inmediato, como lo apreciamos en la queja de algunos cananenses en 1902: La compañía “ha puesto cercos en todas direcciones, obstruyendo calles y avenidas … dejando a cientos de miles de almas [cifra exagerada, sin duda] sin medio de comunicación, o de entrar o salir de sus propias casas;”  además, la fuerza pública se encargaba de hacer cumplir esos límites y expulsaba a quien no los obedeciera.

Y por otro lado, la tendencia a la eficiencia y simplificación administrativa estadounidense llevó a que los pequeños comerciantes que, acostumbrados al sistema mexicano de libre comercio, y que se veían ahora bloqueados, interpretaban esos ataques como intentos de la compañía para apoderarse de su actividad económica. Así sucedió, por ejemplo, con el monopolio del rastro de ganado, compañía de Greene que penalizaba el sacrificio ganadero por quien no perteneciera a la compañía. Ese problema hizo surgir, ya desde mayo de 1902, la semilla del descontento, por ejemplo en la queja de unos cananenses: “¿Porqué toleran los mexicanos ser tratados como bestias y ser expulsados de su propia tierra como si fueran extranjeros?”

Y mientras nacía el poblado de Cananea, al mismo tiempo la bonanza del cobre llevaba a los inversionistas a llenarle las bolsas a Greene, dinero que era invertido en la construcción del poblado y en un ferrocarril que comunicara a Cananea con Naco. Pero además, Greene compró el rancho Palominas del lado arizonense de la frontera y se convirtió en dueño binacional ganadero, ya que poseía toda esa planicie que va desde Cananea y cruza la frontera hasta Arizona, y para criar ganado en esa región, organizó la Greene Cattle Company en Arizona, seguida de la Cananea Cattle Company en Sonora. A la compañía sonorense le asignó la marca RO mientras que a la arizonense la OR.



En el mapa adjunto se muestran en forma aproximada las posesiones de Greene

Y para explotar los minerales de oro y plata en Sonora y Chihuahua también creó la Greene Gold-Silver Company, además de que su incursión en Chihuahua lo llevó a adquirir grandes extensiones de bosques chihuahuenses para explotar su madera, y así formó la Sierra Madre Land and Lumber Company. Y como fuente energética para hacer funcionar toda esa actividad económica logró una concesión para construir una presa hidroeléctrica sobre el río Aros. Finalmente, como conclusión de ello, para conectar todas estas posesiones compró el Ferrocarril Rio Grande, Sierra Madre y Pacífico con la idea de construir una red ferroviaria que conectara a Cananea con Guaymas y Nogales en Sonora, así como con todo Chihuahua y Nuevo México.

No todo era miel sobre hojuelas, sin embargo. También surgieron problemas por diferencias en las tradiciones legales de México y los Estados Unidos, como la posesión indivisa de terrenos que contemplaba la ley en México. Eso pasó, por ejemplo, cuando Greene quiso hacerse de los terrenos del Ojo de Agua, aledaño a Cananea, y se topó con que había siete herederos de Arvallo, cada uno con demandas diferentes, y que además eran dueños “indivisos” de esos terrenos, o sea que su posesión por ley no estaba dividida de las demás y no importaba qué tan pequeña fuera ésta, ellos podían hacer uso de toda la superficie de esa posesión.

Sunday, December 16, 2012

Greene y Cananea


George Mitchell
Ya cubrimos en el artículo anterior los últimos años del siglo XIX para Greene y el inicio del desarrollo de  Cananea. Las minas que había adquirido de la viuda del General Ignacio Pesqueira no fueron las únicas, ya que también se asoció con George Mitchell para formar otra compañía minera cananense, la Cobre Grande Copper Company, aunque su desarrollo lo frenó la falta de agua y transporte.

El problema del agua obligaba a que la fundición de Cobre Grande trabajara pocos días mensualmente, mientras que para resolver el problema del transporte, en mayo de 1899 la compañía solicitó en México permiso para construir dos vías férreas: una, de vía estándar, entre Cananea y un punto que interconectara con el ferrocarril ya construido, cerca de Bisbee en Arizona; y la otra para un ferrocarril de vía angosta que comunicara la fundición con las minas de la falda Noreste de la Sierra de Cananea, hasta Puertecitos.

Los costos de operación pronto se elevaron;  Greene no podía pagar ni los salarios de los mineros ni el adeudo de $20,000 a la viuda de Pesqueira, que vencía el 22 de noviembre de 1899, y para resolverlo invitaron a J. H. Costello, un hombre de negocios de Nueva York, a que adquiriera el 75% de las acciones de Cobre Grande por $37,000 dlls.

La mina Cobre Grande, en Cananea
Así, Costello se convirtió en Presidente de Cobre Grande el 22 de julio de 1899 e inmediatamente colocó a Con O´Keefe como Administrador General de la compañía y construyó un acueducto para resolver el problema del agua, iniciando las operaciones para producir y vender cobre.

Al saberlo, Greene partió de inmediato a Nueva York a conseguir más dinero con otros inversionistas del Este de la nación vecina, y ya allí transformó su personalidad: de un minero arizonense llamado William Cornell Greene, se convirtió en el “Coronel” Greene, con bastón, sombrero de copa y lujosos trajes, hospedándose en el famoso hotel Waldorf Astoria.

Además, en las cortes mexicanas argumentó que la compañía Cobre Grande nunca había adquirido algún permiso que evitara la prohibición constitucional mexicana a extranjeros para hacerse de títulos cerca de la frontera; además, cuando regresó de Nueva York, Greene entregó en Nogales, Sonora, el 9 de octubre de ese año los papeles de incorporación de la Cananea Consolidated Copper Company, S. A. que operaría las minas de Cobre Grande. Y en seguida se dirigió a Arizpe, y en el Juzgado de Distrito obtuvo una orden que declaraba inválidas las minas de Costello. De regreso, acompañado de un grupo de rurales armados se dirigió a Cananea, en donde Con O´Keefe inicialmente rehusó hacer entrega de las minas hasta que los rurales lo persuadieron a hacerlo el 13 de octubre. Así, Greene imposibilitaba que Costello pagara el resto del adeudo.

Este, a su vez envió a sus hombre a Arizpe y forzó que el Juzgado se retractara de su orden anterior y enviara a otro grupo de rurales armados, los que al llegar a Cananea encontraron que la gente de Greene se había parapetado en las oficinas de la compañía. Así permaneció toda esa situación hasta que los rurales decidieron abandonar el sitio y no intervenir en los pleitos entre dos grupos de estadounidenses. Y aunque poco después se emitió una orden de arresto contra Greene, para entonces éste había abandonado Sonora, y no fue sino hasta un año después que la Suprema Corte de Justicia declaró inválida la acusación en su contra. Mientras todo ésto sucedía, Greene, que había logrado dinero en Nueva York, continuó adquiriendo más minas en Cananea, y para cuando logró el control nuevamente de Cobre Grande ya era dueño de una franja de terreno de cerca de dos kilómetros de ancho y 5 de largo.

Uno de los tractores adquiridos
Ahora, el problema a atacar era el desarrollo de Cananea. Se colocaron en la prensa mexicana y estadounidense anuncios de empleos para  mineros con los sueldos más altos en México, aunque los que respondieron no fueron suficientes. Además, para atacar el problema del transporte, Mitchell compró seis tractores de vapor impulsados por petróleo, con capacidad de unas 20 toneladas de carga para acarrear abastecimientos entre el ferrocarril y Cananea, aunque no fueron adecuados para el terreno de la región.

Greene y su hija Eva en 1899
De esta manera, las tareas de desarrollo en Cananea quedaron divididas entre Greene, que se encargaba de conseguir el dinero necesario; George Mitchell que se ocupó con el desarrollo del pueblo, concentradora y fundición; Jim Kirk con el de las minas, y E. A. MacFarland con el de las vías férreas.

A finales del otoño de 1901, el ferrocarril de vía angosta llevaba mineral a la fundición desde las minas más cercanas, como Capote, mientras que para llegar a Puertecitos, una distancia de 10 Km en línea recta, se requirieron 24 Kilómetros de vía, con pendientes de más de 5% y el 85% de la ruta con curvas de más de 30°, obra que sería concluida hasta 1903. Además, el 9 de enero de 1902 era terminado el ferrocarril entre Cananea y Naco. Para entonces, Greene valuaba su fortuna en más de 14 millones de dólares.

Sunday, December 9, 2012

El inicio de Cananea, bajo Greene


Ignacio Pesqueira
El fallecimiento de Don Ignacio Pesqueira García en 1886 coincidió con un cambio general de las condiciones socioeconómicas, no únicamente de Sonora sino de alcance mundial.

En lo regional, en 1880 había sido concluido el Ferrocarril que atravesaba de Este a Oeste al entonces territorio de Arizona en su porción Sur, pasando por Benson, tan sólo a 50 kilómetros de la frontera (como se aprecia en el mapa adjunto) y para controlar el contrabando, ese mismo año el gobierno de México estableció cuatro aduanas en la frontera de Sonora con Arizona, en San Pedro Palominas, en el entonces rancho Los Nogales, en Sásabe y en Quitovaquita (actual Sonoita).

En particular, la aduana de San Pedro cubría el comercio entre Tombstone, en Arizona, y Bacoachi, Arizpe, Delicias y demás poblados del Río Sonora, así como con los del río Bavispe como Fronteras, obviamente pasando por las casi deshabitadas minas de Cananea. También, esa década desaparecieron los constantes ataques Apaches, el último de ellos ocasionado por el apache Gerónimo en 1886, quien mató ese año a un bisabuelo del autor de este artículo al sur del actual Agua Prieta.



View Aduanas fronterizas de Sonora in a larger map

Además, la apertura comercial llevó a que la frontera tendiese a desaparecer. John Hohstadt, de Tombstone, había adquirido unas 200 mil hectáreas en terrenos ganaderos por Cananea y organizado la California Land and Cattle Company, igualmente surgieron actos de bandidaje internacional, como los de los Clanton o los hermanos McLaury que robaban ganado en cualquier lado de la frontera para venderlo del otro, y ocasionaban asesinatos como el de ocho mexicanos, en julio de 1881, en el Cañón de los Esqueletos (en la frontera entre Sonora - Chihuahua - Arizona y Nuevo México), acto que seguiría con la emboscada y muerte de otro grupo mexicano que viajaba de Fronteras a Tombstone, lo que llevó a que se organizara en Bavispe un grupo para hacerse justicia. Así, dos semanas más tarde los bandidos fueron muertos en el mismo cañón.

Acompañando a esta violencia regional, también se avecinaban cambios profundos en la infraestructura económica mundial. El más importante fue la decisión de Thomas Alva Edison, en 1882, de utilizar al cobre como el conductor de la electricidad, decisión que desembocó en el mejoramiento de los procesos de refinación del metal, de químicos a electrolíticos, para quitarle las impurezas al cobre e incrementar su conductividad, y así creció el interés mundial por las minas de cobre, así como en Sonora por los terreros desecho de las antiguas obras mineras que contenían mucho cobre, haciéndolos también propensos a ser explotados. El problema fue que estas nuevas empresas no llegaron con buena actitud para con los mexicanos.

En Cananea, en 1881 la compañía minera Unión Mexicana, cerca de Puertecitos, había sido vendida a una compañía de Cleveland que construyó una pequeña refinería en el arroyo Cuitaca, la que cambiaría después a Puertecitos. El problema fue que su administrador, de apellido Bennett, fue asesinado por los mineros por el maltrato que les daba, y poco después otro estadounidense, el Coronel R. F. Morton, quien administraba la mina Que Esperanzas sufrió la misma suerte, mientras que otra aventura minera más, la Copper King Company igualmente terminó con una batalla a balazos contra las autoridades mexicanas.

William Cornell Greene
Bajo estas circunstancias, William Cornell Greene había llegado a Tombstone, Arizona, buscando hacer fortuna alrededor de 1880 y trabajado allí bajo las órdenes de James Kirk, con quien se asoció para explotar otras minas en Sonora, cerca de Arizpe, como la Oso Negro.

En sus viajes a Sonora, Greene indudablemente se dio cuenta del potencial que tenía Cananea, no como mina sino para reprocesar sus terreros, llenos de cobre, metal que había sido desechado anteriormente y que  el desarrollo de la electricidad volvía valioso.

Con ese fin, el 3 de diciembre de 1896 Greene logró un contrato con Elena, viuda del General Pesqueira, y adquirió en $1 además de $20,000 dlls pagaderos en 1899, las minas de Chivatera, Ronquillo, Cobre Grande y San Ignacio, asimismo se asoció con Henry Caraway, quien se había casado con la viuda de Pesqueira, y debido a que en julio anterior otro grupo de inversionistas, Tadeo Iruretagoyena (dueño de un molino de harina en Hermosillo) y Jacobo Stormann (comerciante de Magdalena)  habían comprado a los Pesqueira cinco minas más, ese mismo día de diciembre Greene  se asociaba con todos ellos y registraron en Tucsón, Arizona, la Compañía de Cobre de Cananea (Cananea Copper Company), emitiendo 200 certificados valuados en $20,000 para capitalizarla.

OK Corral, en Tombstone, ca. 1880
Pero no todo era color de rosa. Poco después se desarrollaría un juicio en Tombstone contra Greene por el asesinato en el famoso OK Corral del llamado Juez Jim Burnett; un personaje acostumbrado a dictar la ley (del oeste), y a quien Greene acusaba de ser el culpable de dinamitar un represo en su rancho y con esa acción ocasionar que se ahogara su hijita de 9 años de edad.

Finalmente, el 20 de diciembre de 1897 el jurado declaraba no culpable a Greene, que se aproximaba a los 45 años de edad, aunque esta pena siguió con la muerte de su esposa, en diciembre de 1899, víctima de cáncer.

Sunday, December 2, 2012

Pesqueira y Cananea


Después del intento de Ignacio Pérez y de los hermanos Arvayo para desarrollar las minas de Cananea, según vimos en el artículo anterior, éstas quedaron abandonadas hasta que Don Ignacio Pesqueira intentó trabajarlas. Pesqueira controlaría la gubernatura de Sonora por dos décadas y empezando su gobierno, en 1860 le encargó al Ingeniero Robert D´Aumaile investigar ese mineral. En su reporte, D´Aumaile se quejaría de que los problemas políticos habían desprovisto a Sonora de información sobre la historia de la mina, aunque podía mencionar varias en el lugar, de las que las principales eran: Ronquillo, Chivatera, San Rafael, Santo Domingo, Cobre Pobre, la de Plomo de Arvayo y además, en las cercanías se encontraban: Mariquilla y El Tajo.

¿Cómo era el Cananea de entonces? ¿antes de que naciera esa población? Para responderlo, afortunadamente contamos con el diario de un explorador, Adolfo Bandelier,  quien recorrió esa región en 1884, dos años antes de la muerte de Pesqueira y cuando nacía Nogales. Así, entrando a Sonora por el río San Pedro, Bandelier anota: “Febrero 21, 1884: Partimos alrededor de las 8 A.M. siguiendo el San Pedro por su ribera derecha… Descendimos al Cananea, un vivaraz arroyo… [y llegamos a] un rancho bien fortificado con dos torres redondas, y luego entramos a la cañada hasta el Pinal. Muy pintoresco. Altamente romántico. Cruzamos el pequeño arroyo cuando menos treinta veces. Suficiente vegetación. Encinas, mucha yuca y sotol, nopales, agaves y las altas cimas de las montañas cubiertas de nieve. El General  Pesqueira y Don Epitacio Paredes me recibieron hospitalariamente… Dormí mal en las cabañas de madera a pesar de que no están tan altas ni tan frías, aunque éste es el punto más alto en Sonora.”

El antiguo fuerte de Cananea. Foto tomada alrededor de 1900
El torreón que menciona Bandelier, que hoy ha desaparecido y ya entonces se encontraba abandonado, se encontraba ubicado al Norte del actual Cananea. Estos torreones, que eran necesarios para la defensa contra los Apaches, fueron muy comunes en las haciendas de la Colonia (recuerdo , por ejemplo, que una tía me hablaba del que hubo en la hacienda de La Arizona, al Suroeste de Nogales). Por otro lado, el Pinal que se menciona era donde Pesqueira había construido unas cabañas en las que brindó hospitalidad a Bandelier, las que posiblemente estuvieron cerca del Puerto de Cananea.  Pero regresemos al diario de Bandelier:

“Febrero 22: El General partió temprano con casi todos. Yo seguí a pie y fui con Julián Zubía a la mina, que está en una cañada, cuatro y media millas hacia el Sureste…. Descendimos a una cañada profunda, boscosa. Los árboles son encinas de los dos tipos comunes. Las faldas de los cerros están cubiertas con grava, lo que hace muy difícil caminar. Fui a la mina y regresé.” 

Es decir, partiendo de las cabañas donde habían pernoctado, los viajeros se adentraron a la Sierra de Cananea siguiendo la cañada que cruza de Este a Oeste al norte de la población actual, pasando por El Ronquillo y por el pueblo hoy desaparecido de Buenavista y Chivatera ya dentro de los terrenos actuales de la mina.

En su descripción de estas mismas minas que, recordemos, entonces trabajaban por medio de túneles o tiros, no a tajo abierto como actualmente, D´Aumaile dice que el Ronquillo: “…tiene un grosor de entre tres y medio o cuatro pies de mineral muy rico, trabajada a una profundidad de 80 pies. Tiene varias bocas y está llena de agua… Siguiendo por la cañada… un cuarto de milla más arriba llegamos a la mina de La Chivatera, que está situada sobre una pendiente muy pronunciada... Los minerales son varios de cobre, plata y plomo, prevaleciendo los de cobre. Los terreros están llenos de buen metal y a sus pies corre un arroyo permanente que no es adecuado para usar debido a la impregnación de metales pero muy bien ubicado para lavar los desechos de la mina. El metal que se tira en los terreros, el que se encuentra en las haciendas y el de los jales le proporcionaría una fortuna respetable a un europeo.  Trescientas yardas más arriba está un salón abierto -no lo puedo comparar con nada más-, con una pequeña pila de desechos a un lado; es la mina o Tajo de San Rafael.  Y más arriba por la cañada está la Mina de Plomo de Arvayo…”

La cañada actual. Buenavista en la esquina inferior izquierda
Hoy, todas estas minas han desaparecido debido al cambio de tecnología minera, de tiro a tajo abierto. El Ronquillo se ha convertido en uno de los barrios de la antigua Cananea, y gracias al recorrido que le debo al Ingeniero Humberto de Hoyos, un cananense profundo conocedor de su región, pude reconstruir la ubicación de las demás minas mencionadas por D´Aumaile.

Continuando por la cañada que menciona el texto puede uno ver algunas ruinas de la antigua población de Buenavista, por donde estuvieron las minas La Chivatera, La Demócrata, La Veta Grande, todas las cuales han sido cubiertas actualmente por los jales de las nuevas obras y, al fondo de esa cañada, siguiendo la cama del antiguo ferrocarril a Puertecitos (cuyo trazo se muestra, serpenteante en la fotografía adjunta), antes de que ésta dé vuelta para empezar a ascender la sierra, también se encuentran las ruinas de Capote…

Después de dejar la gubernatura, Pesqueira continuaría trabajando la mina de Cananea, así como la de Santa Elena, cerca de Banámichi, y sus haciendas de Delicias y Bacanuchi hasta su fallecimiento en 1886.

Sunday, November 18, 2012

Los inicios de la mina de Cananea


Y así llegamos a la historia del mineral de Cananea. Y para comprenderla, es necesario entender la geología que le dio lugar a este tipo de yacimientos de los que tanto Sonora (con Cananea, Nacozari, etcétera) como Arizona (con Ajo, Morenci, Jerome, Sierrita, y otros) son famosos mundialmente. Estos yacimientos se encuentran en la geografía actual de Sonora y Arizona a lo largo de un cinturón que va de Noroeste a Suroeste de ambos Estados, y se formaron después de que un proceso geológico llamado Orogenia Laramide (que inició hace unos 80 millones de años y concluyó hace unos 40) formó una cadena de volcanes en la costa de lo que era entonces Sonora y Arizona. La lava que afloraba entonces empezó a interactuar con las rocas preexistentes, acumulando distintos minerales en la zona de contacto, dependiendo del tipo de roca preexistente. Posteriormente, esos minerales, cobre, plata y otros  fueron “lavados” por el agua del subsuelo, la que los concentró en distintas capas, y así es como se produjeron zonas con alta concentración de minerales y otras con concentraciones mucho menores.

Mina de tajo abierto en Rusia
Ahora bien, durante los inicios de la explotación minera en Sonora y Arizona se extraían los metales como plata y oro por túneles que iban dirigidos a las zonas de alta concentración de minerales. Después, durante los inicios del siglo XX, con el surgimiento del uso de la electricidad la demanda mundial del cobre también despegó y se desarrollaron nuevas tecnologías mineras como la de tajo abierto en la que ya no se acudió tanto a los túneles sino que la capa del suelo que cubre esos yacimientos es removida totalmente para facilitar la extracción de los metales que se encuentran en concentraciones menores. Este es un bosquejo de la historia geológica de Cananea y de la minería asociada; veamos ahora su historia.

Después del misionero Eusebio Francisco Kino, quien como ya vimos fue el primero que mencionó a Cananea, el siguiente que habla del lugar fue el misionero también Jesuita, Ignacio Pfefferkorn, quien describió una visita al lugar a mediados del siglo dieciocho: “cuando uno penetraba en la mina de plata de Cananea, a unas dos o tres brazas de profundidad, se veía con asombro, ayudado por la luz de la lámpara qué grande y qué maravillosa es la naturaleza en ese estrato subterráneo. Imagínese un salón cubierto con tapices entretejidos con plata arriba y abajo, en tal forma que por todos lados estaba vetado con plata pura.” Obviamente, era una mina dirigida a una de las zonas de alta mineralización.

Para marzo de 1762 el Gobernador Interino de las Provincias de Sonora y Sinaloa, José Tienda de Cuervo le escribía al Virrey, diciéndole que parecía que había mucha plata alrededor de Cananea, aunque la gente no tenía dinero para explotar esos yacimientos, y pocos meses después le informaba de “un paraje llamado La Cananea, donde por sus proporciones me parece preciso fundar un Real que sirva de beneficio de metales.” Pero tampoco nada resultó, ya que en el reporte que escribió el misionero Juan Nentvig, decía:  “Al norte de Arizpe está el real de Bacanutzi [Bacanuchi], poco menos, y de éste al norueste, el de la Cananea, despoblado del todo el año del 63.”

La siguiente mención de Cananea ocurre a principios del siglo XIX, cuando  el minero y comerciante chihuahuense, Francisco Manuel de Elguea, quien había comprado en 1804 el llamado “Criadero de Santa Rita del Cobre” en el entonces Chihuahua también adquirió la mina de Cananea. Elguea había conseguido un contrato para abastecer al gobierno de Chihuahua con cobre de Santa Rita para la manufactura de monedas, y algunos sostienen que hizo lo mismo con la producción de Cananea. De cualquier manera, lo aislado del mineral de Cananea y los constantes ataques de los Apaches le impidieron desarrollarla totalmente.

Así pasó el tiempo, y el 9 de junio de 1822 Gabriel Romo, apoderado de "Don José María y Nepomuceno Arballo vecinos del Real de la Cananea,” pagaba 498 pesos, cuatro reales y cinco granos a la Tesorería, para adquirir “siete sitios de tierras realengas para cría de ganado mayor y tres caballerías de pan llevar que comprehenden los parages nombrados Los Nogales, ojo de agua y otros valdíos;” el ojo de agua al que se refería era el actualmente llamado Ojo de Agua de Arvayo en las afueras de Cananea, mientras que  Los Nogales es un lugar diferente a esta población fronteriza.

Arvayo también se asoció con don José Pérez y con su hijo, el Teniente Coronel Ignacio Pérez, y establecieron una hacienda de beneficio en la falda Noreste de la sierra de Cananea, en la que producían lingotes con plomo, cobre, plata y oro, los que eran llevados en burro hasta Guaymas en donde eran embarcados a Gales, en la isla británica, a ser fundidos, aunque ahora el levantamiento Apache que empezó en 1831 y duraría hasta mediados de siglo forzó el abandono de esas nuevas operaciones.

Monday, November 12, 2012

El Cananea de Sonora


Ya vimos en los artículos anteriores que el significado de Cananea no es “carne de caballo,” que existe otro Cananea en Brasil en una región fronteriza entre las posesiones de España y de Portugal, y que la primera y única ocasión en que Eusebio Francisco Kino muestra nuestro Cananea ocurre en el mapa de Sonora que elaboró entre 1696-1697.

A la llegada de Juan Matheo Manje a Sonora, el sabio mexicano Carlos de Sigüenza y Góngora, primo suyo, lo puso en contacto con el mundo intelectual de la Nueva España, facilitándole el acceso a algunas obras clásicas de la historiografía americana. Esto no es suposición mía; en opinión de  Ernest Burrus, biógrafo de Kino “…aún con nuestras fuentes incompletas y defectuosas, es posible descubrir en Manje a un hombre de excepcionales intereses y cultura…”  además que, como prueba de su erudición, Manje menciona innumerables autores en su obra; entre otros podríamos citar La Monarquía Indiana de Torquemada y Los Naufragios de Cabeza de Vaca, el Año Mexicano de Sigüenza y la Memoria de Casanate, las Cartas de Agreda y la Historia General de Herrera, el Mundus Subterraneus de Kircher y el De Re Metallica de Barba, la Historia Natural de Acosta y los Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega, la Historia de la Conquista de México y la Crónica del Perú de Calancha, la Filosofía Natural de Venegas y la Política Indiana de Solórzano Pereira; Manje mismo dice que posee “…una relación manoscrita antigua que ube del padre frai Agustín Betancur, coronista de la Relijión de nuestro seráphico Padre san Francisco…” refiriéndose al Teatro Mexicano. Es improbable que Vetaucur le haya dado ese manuscrito a un joven desconocido, si no tuviese éste a alguien de prestigio, Sigüenza, que lo recomendara.

En sus lecturas, Manje debió conocer la condición fronteriza entre las posesiones españolas y portuguesas que tuvo Cananea del Brasil debido al Tratado de Tordesillas. Por ejemplo, en uno de los libros que nos cita, la Historia General de Herrera se menciona: “Hai en la Costa de estas Provincias, desde la Tierra del Brasil hasta el Rio de la Plata, conocidos cinco o seis Puertos razonables: el Puerto de San Vicente… enfrente de Buen Abrigo , Isla por donde pasa la Linea de la Demarcacion [del Tratado]; y seis Leguas al Sur el Rio Ubay; i el Puerto, e Isla de la Cananea…; i adelante el Rio de la Barca…”

Reconstruyendo la cronología de sucesos, tenemos que Manje llegó a Sonora empezando 1694 y de inmediato se dispuso a acompañar a Kino en sus viajes exploratorios que, ¡Ojo! por alguna razón desconocida no se dirigieron hacia el Norte pasando por la futura Cananea, sino hacia el Oeste. En febrero de ese año acompañó a Kino hacia la costa del Golfo de California; un mes después seguían con otra a la costa; en junio iban nuevamente al poniente, a Caborca, y fue entonces cuando empezaron los combates con los indígenas en Mututicachi, Bacoachi, Cuchuta y pueblos aledaños a la futura Cananea, los que culminarían con el asesinato del padre Francisco Xavier Saeta en Caborca, y más represalias españolas y contraataques indígenas que llegaron hasta inmediaciones de la misión inicial de Kino, según nos dice Manje mismo: “Librose (si no del susto) de la conjuración e incendio sólo los pueblos de la misión de Nuestra Señora de los Dolores.” Es decir, estuvo entonces a punto de perderse el Norte del actual  Sonora.

El mapa de 1696-1697
Fueron sucesos que vinieron a detener, a desalentar el impulso de penetración europea hacia el Norte y al Oeste. Bajo esas circunstancias Kino elaboró su mapa de 1696-1697, en el que además de ser el único en que localizó a Cananea, también dibujó al padre Saeta en el momento del martirio, uniéndolos simbólicamente. Es decir, en su mapa Kino convertía así a la región de Cananea en frontera de comunicación entre su misión y las ubicadas más allá, o sea la misma función fronteriza que tuvo Cananea de Brasil, que en su caso era frontera entre las posesiones españolas y las portuguesas.

El paisaje de praderas, aproximándose a Cananea
Esta condición fronteriza para nuestro Cananea también lo es geográfica; por ejemplo, todavía hoy es impactante para el viajero moderno que va de Sur a Norte ir siguiendo el paisaje de los cañones y cañadas del río Sonora y del San Miguel que se encuentran hacia el Sur, y percibir cómo en la región cercana a Cananea el panorama se amplía, se extiende a enormes praderas y bosques interrumpidos únicamente por la sierra de Cananea,  frontera hacia los ríos San Pedro y Santa Cruz hacia el Norte, y la sierra de Los Ajos, hacia el Este, rumbo a Chihuahua.

Además, lo fronterizo también lo fue en lo cultural, ya que en esa región de Cananea convergían las culturas Pima que se encontraba hacia el Poniente, la de los Opata que radicaban más hacia el Sur, y la de los Suma, hacia el oriente.

Esa condición fronteriza de Cananea, en Sonora, y posiblemente como asociación mental con la muerte del Padre Saeta, llevó a que en adelante en sus viajes exploratorios hacia el Norte, Kino y Manje siguieran la ruta del Río San Miguel para saltar después, siguiendo el actual Puerto de San Antonio, al río Santa Cruz y más hacia el Norte, pero siempre evadiendo las aparentemente fáciles praderas de Cananea.

Monday, November 5, 2012

La Cananea de Brasil


En el artículo anterior mencionaba cómo el nombre de Cananea, Sonora, se relaciona con el de Cananea, Brasil. Ahora bien, el nombre de Cananea es muy antiguo en la región brasileña y aparece ya en los primeros planos hechos de América del Sur. Entre otros, mencionaría el de Pedro Reinel II (1503-1504) o el de Nicolo Caveri (1503-1504), o aún el del famosísimo Martin Waldseemüller (1507), quien también le diera el nombre de América a nuestro continente  (en seguida muestro el mapa completo de Waldseenuller, así como un acercamiento a Cananea, que aparece como río).

Mapa de Waldseemüller

Acercamiento al mapa. En la parte inferior aparece rio de Cananea
Sin embargo, debo agregar que no son éstos los únicos casos de personajes notables de la historia mundial que hayan mencionado a la Cananea brasileña, ya que el mismo Leonardo de Vinci, amigo de Américo Vespucio, también fue autor de un mapa que existe en la Colección Windsor, de Inglaterra, en el que el pintor ubica precisamente a Cananea en la costa del que con el tiempo sería Brasil.

Así que no hay duda sobre la Cananea brasileña y de su origen que se remonta al inicio de la penetración exploratoria europea del Brasil.
Una característica digna de mencionar del Cananea brasileño es que allí fue lugar de adquisición de mano de obra “barata,” como lo atestigua la declaración de Casimiro Noremberger, gentilhombre de la expedición de Cabot de 1526-1530: “Preguntado que cosa traen en aquesta nao… dijo que cincuenta esclavos que hobieron en el puerto de San Vicente, ques en los términos de Portugal, que los compraron la gente que viene en esta dicha nao… fiados a pagar acá en España, e otros compraron de otros portugueses e se los pagaron en cosas de rescates que llevaban particulares…” San Vicente es el actual Sao Paulo, ubicado a unos 200 kilómetros de Cananea, Brasil, además de que, ¡Atención!: al ser frontera esa región americana entre las posesiones españolas y portuguesas, como lo prueba el que se adquirieron esclavos de españoles y portugueses, las prohibiciones nacionales contra su compra se diluían.

Por otro lado, tenemos la idea errónea de que los exploradores europeos llegaban sin ninguna información sobre las regiones que exploraban para abandonarlas luego sin dejar huella de su paso; ésto lo prueba el caso de los llamados “degredados,” término aplicado a los desertores o bien que habían sido dejados allí por alguna expedición como castigo o aún hasta a náufragos de alguna expedición, como el  caso notorio en nuestra región de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, quien naufragó en Florida y tardó ocho años en atravesar todo Norteamérica para llegar a Sonora y Sinaloa. Ellos funcionaron como fuente y enlace de conocimiento de las regiones y de las poblaciones indígenas con los exploradores europeos.

Ya el mismo Américo Vespucio se relacionó con los “degredados” cuando en su viaje de descubrimiento de las costas de Brasil en 1501-1502, recogió a dos de ellos que habían sido abandonados en la costa por la expedición de Juan Cabral, del año anterior. Además, en la Memoria del explorador Diego García de Moguer, quien en 1527-1530 hizo un viaje exploratorio al río de la Plata se menciona cómo en diciembre de 1527 éste llegó al Puerto de San Vicente en donde “vive un bachiller e unos yernos suyos mucho tiempo ha…” Esta es una de las menciones existentes de un legendario bachiller posiblemente dejado allí por el mismo Vespucio, figura que forma parte de la tradición histórica de los inicios de Brasil y a quien se le conoce como “el bachiller de la Cananea.” Y a propósito, el término de “bachiller” tenía entonces un significado diferente al actual, que se relaciona con el grado de estudios del  individuo, ya que se aplicaba entonces a alguien que hablaba mucho, por lo que es posible que en el caso del personaje de nuestro artículo se le haya aplicado el castigo de dejarlo, proscrito, en la isla de Cananea debido a su hábito de hablar demasiado.

Además, y en relación con este personaje, en mi artículo anterior también mencionaba la expedición de Alonso de Sousa quien en 1531 descubrió para Portugal la isla de Cananea, cercana a San Vicente (actual Sao Paulo, y situada a unos 200 Kilómetros de ésta). Pues bien, también Sousa conoció a este mismo bachiller, como aparece en el diario expedicionario: “Jueves 17 de agosto. Vino el piloto Pedro Anes en el bergantín y con él vinieron Francisco de Chavez y el bachiller y cinco o seis castellanos. Este bachiller hacía treinta años que estaba proscrito en esta tierra…

En resumen, la isla de Cananea, donde vivía proscrito este bachiller, recibió ese nombre por razones hoy desconocidas desde los inicios de la penetración europea a Sudamérica, aunque es notable que fuera frontera al pasar por allí el límite entre las posesiones americanas de España y de Portugal según lo estableciera el Tratado de Tordesillas, como ya expliqué en mi artículo anterior, y además era región de compra de esclavos. Ahora sólo me queda relacionarlo con el Cananea del actual Estado de Sonora, a lo que dedicaré mi próximo artículo.

Sunday, October 28, 2012

El origen del nombre Cananea


Y así llegamos a la mina símbolo de esta actividad en Sonora, al ícono minero por excelencia en México, a Cananea.

El mapa de Kino de 1696-1697, con la ubicación de Cananea 
Este espacio no me permite extenderme sobre el tema y en consecuencia lo comprimiré en varios artículos. La primera mención con que contamos en donde aparezca el nombre de Cananea, la sonorense, se muestra en un mapa del misionero jesuita de la Pimería Alta, Eusebio Francisco Kino,  realizado entre 1696-1697. Allí se lee, junto a la imagen del misionero mártir Francisco Xavier Saeta, el nombre de Cananea, hacia el Norte del río Sonora en su nacimiento, al Norte de Bacoachi y Mututicachi y al Este del Real de Bacanuchi. Es decir, donde se encuentra el mineral objeto de este artículo. Esta fue, curiosamente, la primera y única mención del lugar hecha por el misionero .

Ahora bien, hay varias versiones acerca del origen del nombre de Cananea. Una de ellas sostiene que se deriva del lenguaje Apache, y que quiere decir “carne de caballo;” así que intentando conocer la opinión sobre este asunto de un historiador amigo, cananense por excelencia, el Ingeniero Humberto de Hoyos, le hablé y pregunté al respecto. Su respuesta fue: “tengo aquí lo que significa carne de caballo en los tres idiomas apaches y en nada se parece a Cananea.  Para mí que viene de la mujer de Canán. Yo considero que es de origen religioso, porque también hay una Cananea en Brasil, en donde no hay Apaches.” 

Que Cananea no es un nombre exclusivo de nuestra región lo prueba la isla de Cananea (Cananeia en portugués), en Brasil, lugar y nombre que menciona ya el Español Alvar Núñez Cabeza de Vaca después de su odisea norteamericana entre 1528 y 1536, en la que atravesó nuestra región de Sonora y Arizona. 

Cabeza de Vaca estuvo después en América del Sur y en su Relación General de 1545 describe cómo le tocó tomar posesión de la isla de Cananea por parte de España, es decir, siglo y medio antes que Kino: “tomé la posesión en nonbre de Su Magestad en la Cananea que está en veynte e çinco grados poco más o menos en la dicha costa de Brasil. Este puerto de la Cananea está çinquenta leguas de la dicha ysla de Santa Catalina.”  Y aquí cabe que agregue que la posición geográfica exacta de la capital de esta isla, con una población actual de poco más de 12 mil habitantes, es precisamente 25 grados Sur, y 47° 56’ Oeste, en el Estado de Sao Paulo, Brasil. Es una región que se encuentra orgullosa del hecho de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su enorme diversidad biológica.



El obelisco en la plaza de Cananea, Brasil
Sin embargo, en la plaza principal de la capital municipal de Cananea, Brasil, hay un obelisco que recuerda su fundación por el portugués Alonso de Sousa o Pero Lobo en 1531. Esta nota se basa en el diario del explorador portugués, que reza así: “Sábado. 12 del mes de agosto [1531], con viento noreste, navegábamos con rumbo oeste-suroeste y al mediodía vimos tierra … yendo así costeando, el capitán mi hermano [Martím Afonso de Sousa] ordenó que nos acercáramos a tierra … y yendo en dirección suroeste, topamos con una isla … y reconocimos que era la isla de Cananea, surgimos entre ella y la tierra en un fondo de siete brazas. ”

En otras palabras, a lo que quiero llegar es que no hay duda de lo antiguo del nombre de Cananea, aplicado a esa región de Brasil, y que tanto Brasil como España se disputaron su posesión.

La razón de estas pugnas entre España y Portugal por su posesión se debe a que esa isla se encontraba ubicada precisamente en la región fronteriza entre España y Portugal, ya que allí se situó la frontera entre las posesiones americanas de ambas naciones a través del Tratado de Tordesillas. Esto lo prueba “La Argentina,” obra escrita por Ruy Díaz de Guzmán en 1612, que dice: “Los castellanos [que vivían en la isla de Cananea] respondieron que no conocían ser aquella tierra de la Corona de Portugal, sino de Castilla… De estas demandas y respuestas vino a resultar muy gran desconformidad entre los unos y los otros…”

Ahora bien, cuando surge la pregunta: ¿Porqué se le puso a nuestro lugar sonorense el nombre de Cananea? Encontramos la respuesta en el significado ideológico que debió tener Cananea en aquel entonces, derivado de que al igual como sucedía con el Cananea de Brasil, también nuestra Cananea fue una región fronteriza. Fronteriza en lo cultural y lo geográfico-hidrológico.

En lo primero, según un libro publicado por el INAH en 1984, y cuyo autor es el ahora Doctor en Historia, Ismael Valencia Ortega, "la región de Cananea fue históricamente zona de iinfluencia de los grupos Opatas, Pimas y, más tardíamente, Apaches. Así, Cananea se convierte prácticamente en un punto fronterizo entre estos grupos..."

Y en lo geográfico-hidráulico, en Cananea se encuentra el parteaguas entre las cuencas de los ríos Sonora hacia el Sur y el San Pedro hacia el Norte. Es decir, entre la Sonora explorada hacia el Sur y las regiones desconocidas hacia el Norte.

Esas son las dos razones por las que, al igual que el Cananea de Brasil, el de Sonora se encontraba en una región fronteriza, y probablemente por eso mismo Kino ya no vuelvió a incluir a Cananea en sus mapas posteriores, porque él había recorrido la frontera de lo conocido hacia más allá.

Sunday, October 21, 2012

De las acciones filibusteras al inicio del rancho La Arizona y Planchas de Plata

Como lo anticipaba en el artículo anterior de esta serie y sabemos los sonorenses, Gastón Raousset Boulbon atacó Guaymas en 1854 aunque fue rechazado y derrotado el 13 de julio por las fuerzas nacionales que encabezaba el Gral. José María Yañez. Esta batalla no es el tema central de este artículo aunque, como ya se sabe, fue una victoria que llevó a que Raousset fuera fusilado el 12 de agosto siguiente y Guaymas declarada ciudad heroica. Esta fue una prueba de que se había equivocado al creer que los sonorenses lo apoyarían para “liberarse de su gobierno opresor” cuando la realidad fue que no aceptaron ambiciones territoriales disfrazadas.

Para entonces, ya había ocurrido la venta de la Mesilla a través de la cual México le vendió a Estados Unidos la región Sur del actual Arizona, la situada entre la frontera y el actual Phoenix, aunque tampoco esta venta ni ninguno de estos actos satisfizo la sed de aventureros por hacerse de más territorio mexicano.

Por ejemplo, Jean Napoleon Zerman intentó tomar La Paz, Baja California, en noviembre de 1855 y fracasó. A esta expedición le seguiría la dirigida por Henry Alexander Crabb, que entró a Sonora y atacó Caborca en 1857 con el resultado de que también falló y perdió la vida, aunque a la vez esta victoria convirtió también a Caborca en heroica. La meta de Crabb, sin duda, había sido hacerse de las míticas minas de Planchas de Plata como antesala para apoderarse de todo Sonora. Así, la región de Planchas de Plata y de La Arizona fue el imán de ambiciones territoriales manifiestas a mediados del siglo XIX.

Vendría después el imperio de Maximiliano en México, y al ser derrotado éste en 1867, empezó la recuperación económica y social del país bajo cuya égida también ocurrió el renacimiento de La Arizona y Planchas de Plata. Y aquí debo mencionar que lo curioso del caso haya sido que el agente de este renacimiento fue precisamente un extranjero, Guillermo Barnett (bisabuelo del autor de estas notas), quien llegó a Sonora procedente, en algunas versiones se dice que de Inglaterra o de Estados Unidos durante la década de 1860. En otras palabras, después de todas las invasiones filibusteras que ya he mencionado, después de todos estos antecedentes, es muy extraño que el gobierno de México y de Sonora le hayan permitido a un extranjero llevar a cabo el desarrollo de la misma región que había despertado todas esas ambiciones extranjeras apenas unos años antes.

Es curioso, también, que Guillermo Barnett no se haya dedicado a la minería como sería natural dada la fama de Planchas de Plata, que se encuentra situada dentro del antiguo rancho de La Arizona, sino a otras actividades económicas como la ganadería y agricultura. Lo único indudable históricamente es que a él le tocó desarrollar el rancho de La Arizona.

Para finales de la década de 1860, Guillermo Barnett  se había casado con una sonorense, Juana Sánchez  e iniciado la formación de una familia aquí. Según la tradición familiar, él le había salvado la vida a Ramón Corral durante su época de periodista lo que llevó a que, en agradecimiento, éste le hubiera facilitado la posesión de La Arizona.

Cualquiera que haya sido lo que sucedió para permitirle a Barnett ser dueño de La Arizona, para fines de la década de 1860 éste era dueño de casas en Villa de Seris y en Hermosillo, además de un rancho en el Distrito de Altar, o sea el mismo lugar que es motivo de estos artículos.

El rancho de La Arizona, 24 sitios de terreno (alrededor de 42 mil hectáreas), había sido denunciado en 1850 por Juan Bautista Gándara, Rafael Buelna, Manuel Monteverde, Florencio Monteverde y Celedonio Ortiz, todos personajes estatales tanto política como económicamente de aquellas épocas, aunque indudablemente este denuncio nunca evolucionó a una posesión real, debido a los factores que ya he mencionado anteriormente.


Además, es indudable que la superficie que terminó siendo de Barnett fue mayor que la de este denuncio, ya que con el transcurso del tiempo fue adquiriendo diversos ranchos aledaños a La Arizona, como por ejemplo Corral Quemado, Jotaiquí, La Plomosa, el Viacrucis, etcétera.

Guillermo Barnett formaría en La Arizona un rancho que era autosuficiente en casi todo. Producía, además del usual ganado y granos, caña de azúcar a pesar de las heladas invernales, había un molino de harina y enlataba fruta y otros productos que se vendían tanto en Sonora como en el entonces territorio de Arizona. Por ejemplo, de acuerdo con un periódico de Nogales, Arizona, en 1895 se habían producido en el rancho 3,500 latas de duraznos, 1,500 de manzanas y 200 de peras. Además, se preparaba para producir leche enlatada condensada, la que vendería bajo la marca del nombre del rancho.


Y en cuanto a Planchas de Plata, por entonces había renacido como mineral, ya que años antes de que surgiera Nogales, en 1872 Remigio Rivera y Francisco Gastelum descubrieron una nueva veta en el lugar, descubrimiento que ocasionó que se empezara a poblar el mineral al grado que se eligió con un ayuntamiento propio, poblado que, sin embargo, al igual a como había sucedido durante la colonia, tampoco duró mucho.


Sunday, October 14, 2012

Entre Dos Expediciones Filibusteras


En la primavera de 1853 eran expulsados de Sonora los filibusteros franceses que había dirigido Gastón de Raousset-Boulbon para atacar Hermosillo y enviados a San Francisco, según vimos anteriormente. Habían buscado proteger la mina Planchas de Plata, al suroeste de Nogales, población que todavía no existía, para poder explotarla.

México acababa de pasar por una revolución que llevó a la renuncia del Presidente Arista, y en marzo de ese 1853 asumía nuevamente el poder Santa Anna. De inmediato, en vez de adoptar el sistema federal disolvió al Congreso Nacional, abolió las legislaturas estatales reduciendo a los Estados a Departamentos y adoptó el sistema centralista. Durante esos mismos meses, una combinación de hechos marcó para siempre la historia de nuestro país. Todos fueron simultáneos aunque sólo puedo presentarlos uno después de otro.

El más importante fue la negociación del Tratado de la Mesilla (conocido como Gadsden en los Estados Unidos), negociación iniciada también en 1853, y que fue firmado el 30 de diciembre, y cuyas principales cláusulas fueron la abrogación del artículo del Tratado de Guadalupe-Hidalgo que hacía responsables a los Estados Unidos de las tropelías que causaran en México los Apaches que vivían en la nación vecina, y la venta a Estados Unidos del territorio situado al Sur del Río Gila. Y a pesar que se piensa que la iniciativa de vender ese territorio partió de Santa Anna, en realidad éste se negó a vender y únicamente aceptó la opción donde vendería el menor territorio posible después de recibir varias amenazas que de cualquier manera México perdería. (Se puede ver más detalles en el siguiente artículo)

En Sonora, Manuel María Gándara había sido electo gobernador en diciembre de 1852 y nombrado Comandante General poco después. Mientras, se recrudecían los asaltos Apaches y continuaba el interés por los minerales de La Arizona; en diciembre de 1852 el periódico Alta California decía: “Un rico espécimen de plata de la Mina de La Arizona   ha sido mostrada al Editor…. Es casi pura y habla muy a favor de la riqueza de esas minas;” además, el gobernador interino de Sonora dirigió un plan para explotar las minas de La Arizona, aunque su expedición fracasó.

Gastón de Raousset había recibido un salvoconducto para ir de San Francisco a México a entrevistarse con un Santa Anna que se debatía entre la duda de colonizar la frontera con gente que no fuera anglosajona para evitar repetir el error por el que se había perdido Texas, o no hacer nada. Raousset primero le propuso traer seis mil hombres a Sonora dentro de seis años para que la colonizaran, aunque cuando notó que a Santa Anna no le gustaba esa oferta, propuso traer una fuerza de quinientos hombres armados, equipados y organizados militarmente para expulsar a los temibles Apaches dentro de un periodo de dos años. En septiembre el Ministro de Guerra le preguntaba al gobernador Gándara su opinión sobre las propuestas de Raousset, y cuando éste respondió recordando la invasión filibustera de 1852, y que no era necesario conseguir más tropas, ya que con los soldados mexicanos existentes se podía defender el territorio, Santa Anna decidió rechazar la oferta de Raousset y éste regresó con las manos vacías a San Francisco.

William Walker
Pero eso no era todo, además poco antes de la firma del  Tratado de La Mesilla, otro aventurero más, William Walker, había llegado a Guaymas, y el 17 de octubre de 1853, en la fragata “Carolina” perteneciente al cónsul estadounidense en Guaymas, Juan Alfredo Robinson, Walker y 45 hombres se hicieron a la mar; en La Paz, Baja California, detuvieron al gobernador de la península y proclamaron la independencia de Baja California, aunque tampoco tuvieron éxito. El único resultado de esta expedición fue que el gobierno estadounidense le quitó el consulado estadounidense en Guaymas a Juan Alfredo Robinson por haberse involucrado en esa aventura filibustera mientras se negociaba el Tratado de la Mesilla.

Raousset
Pasaron los días y Santa Anna, preocupado por la posibilidad de que se formaran otras expediciones angloamericanas como la de Walker, el 31 de enero de 1854 invitaba a extranjeros que no fuesen angloamericanos a entrar al servicio militar en México por un año y, terminado este periodo, podrían continuar en el ejército o convertirse en colonos. Esta noticia fue bienvenida por Raousset, quien para entonces había regresado a San Francisco y estaba pendiente de alguna novedad. Al recibir esa información, reunió a más de trescientos hombres y se preparó a venir al Estado.

El 25 de junio de 1854 partía de San Francisco, cinco días antes de que entrara en efecto el Tratado de la Mesilla. De esta manera, Raousset desembarcaría en un Sonora ya legalmente partido en dos el 1 de julio, aunque todavía soñaba, según lo mencionara en dos cartas que les envió a sus correligionarios, en hacerse justicia, buscar la libertad de los sonorenses de su gobierno, y conseguir la riqueza de La Arizona para sus hombres.

Sunday, October 7, 2012

Primera expedicion filibustera de Raousset



En el artículo anterior veíamos cómo la compañía Jecker-Torre formó la “Restauradora de La Arizona” para recuperar los antiguos minerales de Planchas de Plata, lugar situado a unos 25 Km. al suroeste del actual Nogales, que había adquirido. Así, el Conde Gastón Raousset-Boulbon firmaba el 7 de abril de 1852 en la Ciudad de México un contrato con Jecker para organizar una fuerza armada que protegiera a la Restauradora y “defender hasta donde pueda los terrenos, minas y placeres de la compañía contra cualquiera que atacase la propiedad o la concesión.” Mientras, otra compañía, la Barrón-Forbes, organizaba a otra, la “Sociedad Esploradora [sic] de Metales de Sonora,” con casi las mismas características que la Restauradora aunque sin incluir colonos extranjeros, y un agente suyo, Adrian Daste, fue enviado a buscar minerales a Sonora en abril y mayo acompañando a una expedición punitiva al mando del General Miguel Blanco, Comandante Militar de la Frontera. Además, la posesión de La Arizona llegó a los tribunales sonorenses, porque Barrón-Forbes reclamaba derechos previos sobre ella.

Así fue cómo, el 1 de junio, al mando de una fuerza de unos 250 colonos-soldados armados, dos cañones y en formación militar, Raousset desembarcaba en Guaymas en un acto violatorio a la ley de Sonora que prohibía manifestaciones castrenses, por lo que de inmediato recibió una reprimenda del Gobierno del Estado. Raousset, que  tenía experiencia política europea al haber sido candidato en Francia a la Asamblea Legislativa, no pudo dejar de percibir que sus exhibiciones marciales no eran bien recibidas por nadie aquí, aunque prefirió continuarlas.




El 28 de junio, y obedeciendo órdenes del gobierno de Sonora, el grupo dirigido por Raousset y el Coronel María Jiménez, representante mexicano de la compañía, partieron rumbo a Hermosillo, a donde llegaron haciendo nuevamente ostentación de sus armas en contravención de las órdenes recibidas. En Hermosillo, Raousset rehusó dar cuenta de $30,000 pesos que Jiménez le había entregado para abastecer la expedición y  le pidió más dinero, petición que Jiménez rechazó al principio aunque al final lo pagó.

Luego, Raousset rehusó obedecer la orden de Blanco de que Jiménez y Raousset permitieran que la fuerza de franceses fueran a Sáric mientras ellos irían a Arizpe a entrevistarse con él. En vez de ello, decidió acompañar al grupo a Sáric mientras que Jiménez fue a Arizpe a la entrevista  con Blanco. Esta y otras acciones de Raousset que sería largo enumerar aquí, llevaron al General Blanco a ir a Ures, capital entonces de Sonora, a preparar una expedición punitiva contra el francés. Además, el 8 y 9 de septiembre, Jiménez mismo apeló en repetidas ocasiones al Conde, haciéndolo responsable de lo que sucediera si no se sometía, y agregó que el Ministro francés en México, André Le Vasseur, le había dicho que los intereses de la Restauradora y la Exploradora habían sido consolidados, por lo que ya no había disputa entre ellas; esperó una semana y al no recibir respuesta, inició su regreso a México.

En septiembre 24, Blanco le escribió nuevamente a Raousset con una oferta final, pidiéndole que únicamente abandonara su organización y equipo militares. Sin embargo, ya para entonces Raousset había iniciado las hostilidades: cerca de Sáric se apoderó de un cargamento de dinero y abastecimientos destinados a Daste, y a fines de septiembre acampó en las afueras de Magdalena en anticipación de las fiestas anuales a San Francisco para hablar con los notables de Sonora que asistían para convencerlos de unírsele. Además, el 5 de octubre escribió al Gobernador Cubillas, diciéndole que éste sería culpable de las consecuencias de cualquier demostración de fuerza de parte del Gobierno de Sonora en su contra. Allí, en Magdalena permanecieron del 1 al 6, estancia que aprovechó el Conde para tener un affaire amoroso con María Antonia, hija del Prefecto de Altar.

El gobierno de Sonora pensaba que los franceses se dirigirían a atacar la capital, Ures, aunque el objetivo de éstos fue Hermosillo, ciudad que tomaron por las armas en una victoria pírrica, ya que no obtuvieron el apoyo que buscaban y muchos enfermaron. Luego decidieron ir a Guaymas para esperar la llegada de más refuerzos por barco, aunque la salud de Raousset agravó y se vió a las puertas de la muerte. En Guaymas ofreció rendirse, y el 4 de noviembre se firmó el acuerdo de paz. Todos los franceses fueron embarcados para San Francisco, pagando el viaje los sonorenses, ya que la compañía Jecker-Torre los había desconocido.

No existe un testimonio escrito de ello, pero un hecho que corrobora que los franceses estuvieron en La Arizona y Planchas de Plata es que a su regreso a San Francisco algunos llevaban pedazos de plata que habían conseguido durante su estancia en Sonora, mismos que servirían para alimentar la leyenda de La Arizona. Así terminó esa primera etapa de la aventura de Raousset en Sonora. En la siguiente continuaré con la segunda.

Sunday, September 30, 2012

Planchas de Plata y los franceses


En el artículo anterior leíamos acerca del descubrimiento de las fabulosas Planchas de Plata de La Arizona en 1736, a unos 25 Km al suroeste del actual Nogales, dentro de este municipio, y de cómo se ordenó que los tesoros hallados fueran confiscados. Pasaron los años y esa región quedó abandonada aunque la leyenda del lugar y aquel hallazgo fue alimentándose, expandiéndose, al mismo tiempo que el temor a los asaltos apaches impedía que llegaran mas mineros al lugar.

En 1817, Dionisio Robles, de Nacameri (actual Rayón), al mando de unos 200 hombres armados llegaron al sitio, excavaron donde pensaron que podría haber plata y encontraron muy poca, aunque no pudieron permanecer por temor a los apaches. Seguirían otras expediciones que tampoco pudieron hallar el gran tesoro que le había dado fama a la región, por lo que el fracaso de las expediciones y el temor a los apaches fueron alimentando la leyenda de la existencia de un gran tesoro enterrado en esa región.

Después de la independencia de México, exploradores europeos que posteriormente escribirían sobre Sonora lo recorrieron e incluyeron a nuestra región en sus novelas. Así Gabriel Ferry, Gustave Aimard,  Lucien Briart entre otros, contribuyeron a despertar el espíritu aventurero de los franceses de la época, curiosidad literaria dirigida a esta región que “logró dar vida a los personajes o tipos que poblaron en la imaginación francesa el septentrión mexicano.” Era una región habitada por “héroes salvajes como la naturaleza que los rodea,”  región que “encerraba las minas más ricas del mundo.”

Gabriel Ferry
Gabriel Ferry, por ejemplo, fue el seudónimo de Eugene Louis Gabriel Ferry de Bellemare (Noviembre 1809, Grenoble - Enero 3, 1852). Había pasado 10 años de su juventud en México durante los cuales visitó Sonora y conoció Guaymas, Hermosillo, Bacoachi, etcétera, así como a personajes históricos de nuestro país, a los que posteriormente mezcló con seres legendarios, tales como el cazador de osos de Bacoachi o los jugadores de naipes, y logró descripciones de esta región que despertaron el interés de la juventud francesa por conocer a Sonora y sus leyendas.

Y mientras surgía y se alimentaba el espíritu romántico francés, compañías como la Casa Jecker, Torre y Compañía, integrada por capital hispano-francés, también empezaron a invertir en nuestro país. Y poco después, como resultado del inicio de la fiebre de Oro de California, gran cantidad de sonorenses se dirigieron a California a la bonanza por lo que Sonora se despobló, lo que llevó al gobernador, José de Aguilar, a promulgar una ley en 1850 que daba facilidades a los colonos que llegaran a la región norteña de Sonora, con la intención de que funcionaran como amortiguadores contra la penetración anglosajona.

Al recibir la noticia de la promulgación de esta ley, de inmediato, la Casa Jecker, Torre y Cía presentó una propuesta pidiendo en propiedad todos los baldíos, minas y placeres entre el paralelo 31 y la frontera Norte, a cambio de un 10% de ganancias para Sonora y la obligación de colonizar la región, aunque la propuesta fue rechazada de inmediato por abusiva contra México y la ley correspondiente derogada por ser anticonstitucional. Sin embargo, el Crnl. Manuel María Jiménez y Francisco María Lombardo habían registrado, el 19 de mayo de 1851 en San Ignacio, Sonora, la mina La Arizona. Era la legendaria Planchas de Plata que para entonces ya había transformado su nombre al más pintoresco de La Arizona, y poco después se presentaban jiménez y Lombardo en las oficinas de Jecker, pidiéndole ayuda para financiar la empresa que intentaba explotar la mina de La Arizona, invitación que éste aceptó gustoso, ya que así lograba recuperar la concesión que acababa de perder. De inmediato se formó la Compañía Restauradora de La Arizona y a ésta se le incorporaron el embajador de Francia en México, André Levasseur, el mismo Presidente de la república, Mariano Arista, así como el gobernador de Sonora, José de Aguilar y el Vicecónsul Francés en Guaymas, José Calvo.

Fotografía de un dibujo de Raousset
Como ya dije, por entonces San Francisco sufría la fiebre del oro y era invadido por gente procedente de todo el mundo, y  entre ellos no pocos eran franceses que llegaban atraídos por las novelas que habían leído sobre las riquezas de esta región.  Entre éstos, el 22 de agosto de 1850 arribaba a San Francisco el joven conde Gastón de Raousset-Boulbon (ningún parentesco con el nombre parecido de la familia Borbón), quien después de despilfarrar su fortuna en Francia venía buscando renovarla en América.

En San Francisco, el Cónsul francés, Partice Dillon, lo invitó a formar una expedición de colonos franceses que colonizaran Sonora, y así fue cómo firmó Raousset, en México, un contrato con la compañía Jecker, Torre, por el que se comprometía a integrar una fuerza expedicionaria de 150 hombres en San Francisco para venir a  Sonora a explorar “los parajes conocidos con el nombre de La Arizona, así como las sierras vecinas, descubrir en ellas las minas y placeres y tomar posesión ... así como defender hasta donde pueda los terrenos, minas y placeres de la compañía contra cualquiera que atacase la propiedad o la concesión.”

Este fue el inicio de la intentona francesa por hacerse de la legendaria Planchas de Plata y que a su vez provocaría la posterior expedición filibustera de Raousset. Pero el espacio se me agota por lo que continuaré en la próxima.

Sunday, September 23, 2012

Planchas de Plata


Muy pocos lo saben, pero Arizona, Estado de la Unión Americana vecino de Nogales, le debe su nombre a lo sucedido en un lugar ubicado a unos 25 kilómetros al Suroeste de esta población y dentro de nuestro municipio. Para llegar allí, se toma el camino del Sáric desde el Sur de Nogales, y después de remontar una sierra por un camino de terracería, uno baja al valle del Arroyo La Arizona, recorriéndolo hasta su confluencia con el Arroyo de las Planchas.

Su fama comenzó hace ya cerca de trescientos años, un día de noviembre de 1736, cuando “un indizuelo tontillo de Tubutama descubrió un pedazo de plata y no conociendo lo que era la enseñó al indio que ahora llaman el descubridor, y preguntándole lo que era le respondió no servía aquello y después investigó del lugar donde la había hallado.” Así fue cómo Bartolillo, que así se llamaba el descubridor, acudió con Antonio Siraumea, nombre del segundo indígena de esta historia, minero de afición como lo eran tantos entonces, quien de inmediato reconoció que se trataba de un trozo de plata y averiguó el lugar del descubrimiento: cerca del Real de la Arizona, en las faldas de la llamada Sierra de San Antonio, más bien conocida actualmente como  Sierra del Guacomea. La noticia del descubrimiento corrió como reguero de pólvora, primero al cercano valle del río Santa Cruz, a Santa Bárbara de los Romero; al río Sonora con los Pérez Serrano en Tetuachi y al cercano Motepore; en resumen a una larga lista de lugares, y de inmediato el lugar se vio invadido por españoles que buscaban hacer fortuna.


El Capitán Juan Bautista de Anza padre, en su función de Justicia Mayor, acudió desde el Presidio de Codoréhuachi (Fronteras) donde vivía, y estableció su base de operaciones en un lugar que también hoy se puede reconocer y que llevaba el pomposo nombre de Real de Nuestra Señora de la limpia Concepción de la Agua Caliente, sitio ubicado un poco más al oeste de la confluencia del Arroyo La Arizona con el de Planchas de Plata, y que hoy es únicamente un pequeño manantial de agua templada que nadie reconocería como que alguna vez tuvo importancia.

Allí, el escribano Manuel José de Sosa, amigo y pariente político de Anza, quien había estado ocupado en el caso de la reciente expulsión del Padre Agustín de Campos de San Ignacio, tema que no le toca a este artículo, firmó con su elegante caligrafía todas las declaraciones que Anza les hizo tomar a los involucrados en el descubrimiento de la plata, agregando que estas declaraciones se realizaban en la Arizona, y así fue cómo este nombre se incorporó a la historia.

Para dar una idea del tamaño del hallazgo, baste leer este párrafo de una declaración: “estaban enterradas en la tierra una cuarta y media vara [a menos de un metro de profundidad], y la más grande de las planchas descubierta por Joseph Fermín de Almazán que con lo que se le ha quitado y lo que está en ser para partir y poder cargarse para sacar donde conviniere, tendría el peso de cien arrobas [poco más de una tonelada] y es tan macisa que parece fundida y en el centro tan blanca como otra cualquiera plata purificada...”

Así, Anza ordenó embargar toda la plata porque si se trataba de un tesoro escondido le pertenecía en su totalidad al Rey, mientras que si era un yacimiento natural se debía pagar el impuesto correspondiente a la Corona, el Quinto Real, aunque se podía explotar. Anza sería muerto el 9 de mayo de 1940 por los Apaches cerca de Santa Cruz, y en 1774 su hijo, del mismo nombre, en el diario de la expedición que realizó para comunicar por tierra a Sonora con California, escribió:

“Dista de este Pueblo [Saric] siete a ocho leguas al nordeste el paraje de la Arizona, o las volas, celebre por las que de plata virgen se hallaron el año de mil setecientos treinta y seis, hasta el peso de Ciento y Cinquenta arrobas (o sea más de 1,700 kilogramos) cuias particularidades se ha dudado; pero es tan cierto que viven muchos de los que las poseyeron, de lo que puedo dar igualmente documentos que lo acrediten, como que mi padre con dictamen de sujetos peritos en Leyes las embargo, por parecerle pertenecian á S.M. cuya conducta aunque no se le aprobo enteramente por el acuerdo de la Ciudad de Mexico, si por el Consejo Real de Castilla.” 

Y así fue cómo La Arizona se incorporó a la leyenda  y a la historia. El embargo ordenado de la plata encontrada, los ataques continuos de los Apaches, la imposibilidad de explotar lo que había allí, alimentaron, todos, la sed natural humana por encontrar algún tesoro escondido. Pero el espacio se me agota en esta ocasión, así que continuaré el tema en otro artículo.

Sunday, September 16, 2012

El Centenario de la Escuela Pestalozzi


Este día 16 de septiembre se realiza otro cambio más de poderes municipales en Nogales, pero también se cumple el día anterior el centenario de la inauguración de la actual Escuela Pestalozzi.

Nogales había surgido en 1884 auspiciado por la paz porfiriana, y después le seguiría el advenimiento de la revolución maderista en México, período en que Nogales no habría sufrido aún algún estragos ocasionados por esa fase del movimiento armado, sino que pasó por un gran crecimiento en población.  Para 1910 éramos alrededor de 4,000 los nogalenses y la mancha urbana se extendía desde la frontera hasta inmediaciones de la actual Plaza Hidalgo, a la entrada de la actual cañada Héroes que entonces era conocida como del Aguajito y comunicaba con el entonces rancho de Buenavista, hoy Mascareñas.

Esta población contaba por entonces con 600 residencias de distintos materiales y 20 edificios públicos. Para inicios del siglo XX había una sucursal del Banco de Sonora y tres hoteles: El Moderno, El París y El Sonora, además del Club Internacional y fábricas de máquinas de coser, de pastas, fósforos, ropa y calzado y numerosos negocios más pequeños. Por otro lado, en la dimensión de educación contábamos con dos escuelas primarias, situadas por la calle Ingenieros, a un costado del actual Edificio del Estado, en dos edificios contiguos, uno para cada sexo, con 4 maestros en cada una, a la cual asistían 128 niñas y 112 niños. Sin embargo, debido al crecimiento de la población se hizo necesario que el gobierno municipal contemplara la construcción de otro edificio escolar durante esa primera década del siglo veinte.

Para1910 era presidente municipal Alberto Claussen, aunque Claussen renunció el 22 de diciembre de 1910 y quedó como alcalde interino Próspero Sandoval. Pero Sandoval renunciaría también el 2 de junio de 1911, y lo reemplazó el Doctor  Ponciano López, a quien le tocó iniciar las labores de construcción del nuevo edificio.  En agosto, el arquitecto estadounidense, O. J. Omstead, a quien se le había encargado que realizara los planos del edificio escolar, los entregó al gobierno municipal, y el día 30 de ese mismo mes, en sesión de Cabildos, se autorizó al ayuntamiento a gestionar un préstamo por $30,000 para construir la futura escuela.

Se formó una comisión encargada de la obra, integrada por los miembros del Ayuntamiento, aunque no pudieron hacer nada en el mes que les quedaba de funciones. Unicamente pudieron colocar la primera piedra del edificio, misma que se encuentra actualmente en una de las esquinas de la construcción.

La siguiente administración, que era encabezada por Fernando Rodríguez Luján, en sesión de cabildos efectuada el 22 de septiembre de ese 1911, acordó cambiar los miembros de la Comisión a los del nuevo Ayuntamiento, y el 11 de noviembre el nuevo presidente municipal consiguió un préstamo por $30,000 del Banco Nacional de México para la construcción.

Ya iniciado el siguiente año de 1912, el 12 de enero, y debido a que no se contaba con los recursos económicos necesarios, el Ayuntamiento decidió vender los edificios de la cárcel y escuelas, ya que se encontraban muy arruinados y con el producto construir un hospital. En mayo 6, el Gobernador aprobaba la venta y después uno de esos edificios escolares antiguos fue adquirido por el presidente municipal, Fernando Rodríguez (hermano de Abelardo), y el otro por Guillermo Barnett (h). Con ese dinero y un préstamo adicional de $10,000 que hizo una benefactora nogalense, hoy olvidada, la Srita. Rosita Muñoz, se pudo concluir el edificio de la escuela Superior, mismo que fue inaugurado el día 15 de septiembre de 1912, es decir un día antes de que Fernando Rodríguez le entregara las riendas del municipio a su sucesor, Guillermo Barnett hijo.

Sin embargo, al iniciar el funcionamiento de la escuela no se contaba con lo más indispensable para su funcionamiento. En los meses siguientes la situación económica nacional empeoraría con el asesinato del presidente Madero, por lo que la situación del nuevo edificio resultó una carga casi imposible de llevar para las arcas municipales. Así fue como el nuevo presidente municipal, Guillermo Barnett hijo, desembolsó el dinero necesario para instalar un sistema de calefacción central, y se les pidió a los padres de los alumnos que llevaran a la escuela los muebles necesarios para sus hijos. En mi casa aún se conserva la silla de mi madre, que fue alumna por entonces.

El edificio de ladrillo de dos niveles de la entonces Escuela Superior comprendía dos instituciones, la escuela de varones en la planta alta y la de niñas en la baja. En ellos se cursaba hasta el cuarto nivel de primaria.

Es mucho lo que ha avanzado Nogales desde entonces, actualmente esta frontera cuenta con varias universidades, aunque también subsiste como testigo mudo de los avatares de la historia de la educación en nuestra frontera ese edificio escolar que fuera inaugurado, esta fecha, hace exactamente cien años.

Sunday, August 19, 2012

Los ranchos del Municipio de Nogales


A todo mundo le gusta andar a caballo, ya sea recorrer velozmente los paisajes sonorenses a galope o bien a paso lento de la cabalgadura ir deteniéndose a cada oportunidad que ofrece el cambiante paisaje, pero desde siempre el caballo ha constituido uno de los mayores placeres que puede ofrecer Sonora a quien se aleje de nuestras ciudades y se sumerja en el silencio de nuestras regiones rurales. De esta tradición ecuestre de Sonora se deriva, precisamente, otro de los más importantes temas que podemos tocar acerca de la historia de nuestra entidad, aunque en este caso únicamente hablaré de la región de Nogales: sus ranchos; y es que en la historia de este municipio tuvo una importancia primordial la historia de sus ranchos antes de, durante el Porfirismo y en la época contemporánea.

Como ya sabemos, el antiguo rancho de Los Nogales de Elías, donde surgiría esta población, fue adquirido por José Elías Redondo en 1843, y comprendía una franja de unas 13,200 hectáreas que se extendía de Sur a Norte a lo largo del Arroyo Los Nogales, atravesando una frontera que aún no existía, desde el Puerto de Encinas por el Sur, hasta la cañada de Mariposa por el Norte, situada en el actual Nogales, Arizona.

Vendría después la adquisición de territorio mexicano por los Estados Unidos, y entre ellos el Tratado de la Mesilla que originalmente dividió al rancho Los Nogales en dos naciones, donde después surgirían dos poblaciones, la mexicana y la estadounidense. Y para inicios del siglo XX, cuando nadie se imaginaba que ocurriría el movimiento armado de la revolución mexicana, el municipio de Nogales, Sonora, que había sido fundado en 1884, contaba con las siguientes haciendas: sobre las márgenes del río Santa Cruz se encontraban Santa Bárbara y Buenavista, adquiridas por Manuel Mascareñas Porras a mediados de la década de 1880. Buenavista había surgido como rancho que adquiriera en 1758 la madre de Juan Bautista de Anza, Rosa Becerra Nieto, mientras que Santa Bárbara había sido establecida en 1720 por Diego Romero. Así fue cómo Manuel Mascareñas se convirtió en dueño de una superficie de 36,460 hectáreas.

Además de estas haciendas sobre el río Santa Cruz estaba también,  situada en el suroeste de Nogales, en la confluencia del arroyo Planchas de Plata con el de la Arizona,  la hacienda de La Arizona, misma que surgiera alrededor de 1740 cuando el descubrimiento de las famosísimas Planchas de Plata. Por aquel entonces era un rancho del Barón Gabriel Prudhón de Heider y Múgica, Alcalde Mayor de Sonora. Pasó el tiempo, y  en la década de 1850 o 1860, La Arizona fue adquirida por Guillermo Barnett, con una superficie de aproximadamente 50 mil hectáreas que crecería eventualmente hasta alrededor de 100 mil.

Finalmente, hacia el Sur del actual Nogales se encontraba Cíbuta, hacienda que originalmente surgiera como un rancho ganadero establecido por el misionero Jesuita, Eusebio Francisco Kino, y cuyo dueño para la época que nos ocupa, finales del siglo XIX  y principios del XX, era José Pierson, quien también poseía otras propiedades cerca de Imuris. Además de estas haciendas, el municipio de Nogales contaba con los ranchos de Agua Zarca y Destiladera, y los minerales de Promontorios, Viacrucis y Planchas de Plata.

Todas estas haciendas y ranchos del municipio eran empresas ganaderas, además de tener producción agrícola: Buenavista y Santa Bárbara se centraban antes de la revolución mexicana en la producción de pastura, cereales y vegetales, mientras que La Arizona producía principalmente frutas. Hay, por ejemplo, una noticia periodística que nos informa que en La Arizona se producían a finales del siglo XIX vegetales, pieles curtidas, jabón y fruta enlatada (3,500 latas de duraznos, 1,500 de manzanas y 200 de peras, además de una cantidad no especificada de leche condensada enlatada). Más hacia el sur, Cíbuta también producía verduras y cereales. En total, estos ranchos empleaban a unos 100 jornaleros con sueldos de $1.50 diarios, sueldos que confirmaría la revolución mexicana.

Hasta hace poco, gran parte de estas haciendas y ranchos habían sido disgregados y convertidos en ejidos como consecuencia de la revolución, aunque como resultado de las reformas al Artículo 27 de la Constitución en 1992, el agro se encuentra actualmente inmerso en un proceso de cambio en el régimen de tenencia de la tierra. De esta manera, el día de hoy, el visitante a aquellos antiguos lugares puede encontrar, junto con la posesión ejidal de la tierra, a la reserva territorial para el crecimiento urbano nogalense, al nuevamente creciente rancho ganadero o bien a la casa suburbana de alguna familia nogalense que es dueña de un pequeño pedazo de tierra en donde esa familia pasa los fines de semana trabajando la tierra, regresando al ancestral pasatiempo sonorense de arañarla para hacerla producir, o lo que es lo mismo, trabajando mientras se convive con el silencio del campo.